Todo es posible con Pogacar

Primoz Roglic comenzó la Itzulia 2022 igual que la de 2021: con una victoria en la contrarreloj inicial, donde desplegó su intención de coronarse por tercera vez en el País Vasco. El esloveno replica a distancia a su compatriota Tadej Pogacar, que el día anterior volvió a protagonizar una actuación estelar en una plaza grande, el Tour de Flandes, aunque esta vez no supo rematar la faena. Pogacar falló con el estoque, después de unos lances brillantes, en los que exhibió su dominio en uno de los Monumentos más prestigiosos y más duros del calendario. El doble ganador del Tour de Francia llegó a descolgar por momentos al mismísimo Van der Poel en el icónico Paterberg. Luego perdió incluso el podio, acabó cuarto, pero por el camino dejó la sensación de que tiene De Ronde en las piernas. Y todo lo que se proponga.

Estamos hablando de una de esas clásicas que, al igual que la París-Roubaix, genera normalmente sarpullido a los especialistas en vueltas. Un rápido repaso al palmarés confirma la conclusión: el último ganador de una gran ronda que venció en Flandes fue Gianni Bugno en 1994, y el último campeón del Tour de Francia que lo hizo apunta a Eddy Merckx en 1974. Si nos vamos a Roubaix encontramos a Sean Kelly y Bernard Hinault, respectivamente, en 1986 y 1981. El nuevo ciclismo rescata a esos corredores completos, dispuestos a fajarse en todos los terrenos y en todos los escenarios. Pogacar es el mejor ejemplo.

De paso, el esloveno cubrió en la carrera belga un test óptimo para afrontar los 19,4 kilómetros de adoquines que esperan en la Grande Boucle. Este lunes, un día después, colgó una foto en el mítico tramo de pavés de Arenberg, punto de paso del próximo Tour, pero también de la París-Roubaix. ¿Se atreverá igualmente con el Infierno del Norte? En principio es el único Monumento que no tenía incluido en su programa anual. Pero todo es posible con Pogacar. Todo.