Monsieur Hulot en el Camp Nou

No puede entenderse el despegue del Barcelona de Xavi sin la aportación de Dembélé. De hecho, el último partido que perdió el equipo blaugrana fue en el Nuevo San Mamés, cuando el Athletic apeó de la Copa a los de Xavi, que ese día no convocó al extremo francés como medida de presión para que o renovara o se fuera del equipo aceptando una de las muchas ofertas que su representante aseguraba que tenía. Dembélé no hizo ni una cosa ni la otra y el primer día que compareció en el Camp Nou ante su afición se llevó una monumental pitada por parte de su propia afición nada más salir a calentar. Después, cuando ingresó en el campo, cada balón que tocaba era abroncado hasta que cambió los abucheos por aplausos a base de asistencias.

Con ese aire permanente de señor que se ha equivocado de autobús en la terminal y que en vez de ir destino a la playa como tenía previsto contempla como el vehículo está en una estación de esquí, pero que ni eso cambia en demasiado sus planes, este Monsieur Hulot del fútbol sigue con su vida como si tal cosa. Si el personaje que interpretaba Jacques Tati era ajeno a todo lo que le sucedía aferrado a su pipa y a su impermeable, Ousmane sigue sorteando rivales absolutamente ajeno a la marejada que se levantó a su alrededor. Por tanto, lo mejor es no hacer planes con él. Que siga así y lo que sea, sonará. Y no descarten nada.

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