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Y ahora, a por el Barça

Un líder imparable.- Aunque la maravillosa banda irlandesa The Boomtown Rats cantase aquello de I don’t like mondays (“No me gustan los lunes”), el Madrid ha demostrado hoy en Mallorca que no hay mejor manera de empezar la semana del Clásico. Un triunfo incontestable y con mucho mérito, diseñado con tres goles bañados en el talento inagotable de Benzema y Vinicius, la pareja de la Liga, que sobrevivió a la extrema dureza de algunos jugadores de ese Mallorca que se jugaba la vida. Es comprensible la intensidad, pero lo que no se explica es que Maffeo y Raíllo hagan dos entradas durísimas de roja directa y que Sánchez Martínez y su pasivo hombre de VAR, Medié Jiménez, lo saldasen con una amarilla al segundo y otra amarilla a la víctima (Vini) para alucine colectivo de todo el gremio del fútbol. Si Maffeo se lanza con los tacos sobre la rodilla izquierda del brasileño y este se libra de una lesión grave por no tener el pie posado en el césped, no puede ser que Sánchez Martínez diga que es saque de banda y que al VAR le pillen de nuevo en la máquina de los refrescos. Rodrygo tuvo peor suerte y acabó lesionado. Si el arbitraje sigue por estos derroteros es mejor cargarse el VAR y regresar a lo de toda la vida. Mejor el factor humano del terreno de juego que depender de los caprichos de un señor que delante de una pantalla de televisión no tiene la sensibilidad para proteger a los jugadores, los tesoros de este deporte.

Enorme Karim.- Lo del mago francés empieza a ser digno de una serie de Netflix. Ya en los primeros minutos vimos como una maniobra genial suya obligaba a Sergio Rico a hacer un paradón para la hemeroteca. Y Vini, con las luces de nuevo encendidas desde hace tres semanas, volvió loco a Maffeo y dio un repertorio por la izquierda de regates, amagos, fintas, desbordes y autopases. Maffeo tiró por la calle del medio, pero al brasileño no hay quien lo pare cuando está on fire. Tras el descanso, Karim abrillantó su show tras el robo limpio de Valverde a Baba, continuado con su asistencia a Vinicius. Gol número 14 de Vini, que se queda solo en segunda posición de la lucha por el Pichichi. Pero este tiene dueño. Benzema hizo otro doblete, con un segundo tanto, el 0-3, bestial. Bananita preciosa de Marcelo y cabezazo imperial de KB9, que entró por la escuadra con una plasticidad extraordinaria. Se resintió en la celebración, pero ojalá que no sea nada grave. Sin Karim el Madrid se siente huérfano. The Best.

El Clásico.- Repasemos. El Sevilla se queda a 10 puntos, el Barça y el Atleti a 15. Tres cuartos de Liga están en el bote, pero hay que ganar sí o sí el domingo al equipo de la Xavineta en el Bernabéu. El equipo azulgrana sigue siendo nuestro gran rival, por historia y por dimensión planetaria de ambos equipos. No me vale eso de “el empate no sería malo”. A mí me dejaría frío. Quiero tumbar al Barça, dejarles a 18 puntos y a partir de ahí dedicarnos a ese cruce de cuartos de la Champions. En el sorteo del día 18 sabremos el rival, pero el cuerpo me pide que toque el City de Guardiola. Tras lo del PSG, dejar la Copa de Europa sin petrodólares tendrían un sentido casi poético que aplaudirían el resto de grandes equipos del continente que no dependen de los jeques de Visa inagotable. Pero antes hay que ganar el domingo en el Clásico para dar un puñetazo definitivo para asegurar la Liga 35 y enviar un mensaje al mundo entero de poderío. El Madrid de Ancelotti es un equipo con recursos, con variantes en casi todas las posiciones y con un compromiso palpable desde el portero (que Courtois no esté en una lista de los diez mejores del mundo es una aberración) al súper ‘9’. Este Madrid aventura un final feliz. Tiempo al tiempo.