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Marcelino, Bordalás y ‘el otro fútbol’

El partido de ida en San Mamés (1-1) dejó rescoldos. Desde el Athletic, su entorno y hasta más allá hubo muchas críticas a la fórmula futbolística empleada por Bordalás, la misma que vino empleando en el Getafe, la que viene caracterizando a sus equipos, sobre todo fuera de casa: fútbol desprejuiciado y duro, sin ninguna concesión, evitando cualquier posibilidad de descuido, tratando de aprovechar el del rival. Y cuando el resultado es favorable, que se juegue lo menos posible. Un fútbol que explora y trata de explotar el límite de permisividad del árbitro. Marcelino denuncia que la segunda parte duró 51 minutos pero sólo hubo 20 de juego efectivo.

Es lo que Camacho llamó ‘el otro fútbol’ aludiendo a la utilización de esos recursos en determinadas fases en que el partido lo pide, algo que casi todo el mundo hace. La diferencia de Bordalás con el resto viene a ser que en su caso ese ‘otro fútbol’ no es tanto una excepción sino la esencia misma del modelo. Su Valencia es líder en faltas cometidas en LaLiga, como lo fue el Getafe, su anterior equipo. Lo paga en amarillas y en rojas, apartados en los que el Valencia también es líder, en el segundo caso ‘ex aequo’ con Levante y Espanyol. De sus datos se deduce que es consciente de que jugar así impone pagar una cuota en tarjetas y lo asume.

Para algunos es un modelo válido en tanto en cuanto dé resultados. Para otros, que no cruzarían la calle para ver el partido de un equipo así, no es ‘el otro fútbol’, sino ‘antifútbol’, dé o no dé resultados. Un debate de fondo que hoy estará presente en este Valencia-Athletic que fijará un finalista de Copa. Con el añadido de que Marcelino, hoy al frente del Athletic, llevó hace nada y menos al Valencia a su último título nacional antes de ser despedido de forma chocante por la propiedad del club. En Mestalla se le recuerda y se le quiere, pero más que a él se quiere, claro, ver al Valencia finalista y a ser posible, campeón. Con ‘el otro fútbol’ o como sea.