El Mundial de Fórmula 1 entra en su acelerón final con la clasificación más apretada de los últimos tiempos. Quedan únicamente dos grandes premios para resolverlo todo: ahora, en Arabia Saudí, y el próximo domingo, en Abu Dabi. El holandés Max Verstappen aventaja en ocho puntos al inglés Lewis Hamilton. Hay todavía 52 puntos en juego. Los dos dependen de sí mismos para proclamarse campeones, aunque sólo Mad Max podría coronarse en Yeda. Para ello tendría que sumar 18 más que su rival, algo así como ganar la carrera y que el británico termine séptimo y sin vuelta rápida. Todo es posible en el deporte, por supuesto, y mucho más en una disciplina de potencial peligro como la F1. Pero no tiene pinta de que eso vaya a suceder. Al contrario, Verstappen desaprovechó una oportunidad única para haber dado un puñetazo en la mesa del campeonato, pero un accidente en el tramo final de su última vuelta, cuando no necesitaba arriesgar, pero lo hizo, le dejó sin una pole que a estas alturas de película sonaba a definitiva. Ahora partirá tercero. Y con los dos Mercedes delante.

Un mal escenario para Verstappen en un circuito donde se adivinan pocos adelantamientos, salvo que ataje la desventaja en la salida. Ya lo ha hecho otras veces. Pase lo que pase, la temporada 2021 habrá merecido la pena, porque Max ha sido capaz de discutir la férrea dictadura del heptacampeón, tras varios años de soporífero dominio. No es que la igualdad haya llegado de repente a la F1, tampoco nos vamos a engañar, pero al menos sí ha habido otro coche diferente al Mercedes y otro piloto diferente a Hamilton que han impuesto otra ley. Este final de fiesta es un buen aperitivo para el curso 2022, donde entrará un nuevo reglamento que, supuestamente, igualará los monoplazas y premiará el talento. Habrán escuchado hablar de 'El Plan'. Pues, eso. Esperemos que no acabe en 'La Trola'.