Las Guerreras debutaron este miércoles en su Mundial con una solvente victoria sobre Argentina, un equipo que también se siente en casa, porque muchas de sus jugadoras militan en la liga española, y sin Lara González en sus filas, tras causar baja por una lesión de última hora. Una buena noticia y otra mala para el inicio de un Campeonato que inauguró momentos antes Carlos Baute al ritmo de LaLaGol, como ya hizo en la Vuelta a España de 2020 con la sintonía Como un atleta. A Baute le va el deporte. Sonidos caribeños para acompañar a un Mundial de balonmano muy mediterráneo. Torrevieja, Castellón, Liria y Granollers son las sedes atípicas de un evento que no parará en las grandes ciudades, pero sí en municipios comprometidos con este deporte y con el deporte en general.

España defiende la plata mundial de hace dos años, aunque sería una sorpresa repetir aquel resultado, tanto como lo fue entonces conseguirlo. Pero las sorpresas, igual que los sueños, hay que trabajarlas. Y las Guerreras parten con la motivación de la anfitriona, que siempre es un plus en la cancha. El equipo también estrena nuevo seleccionador en un gran evento, José Ignacio Prades, quien de momento suma un pleno de seis victorias al frente del grupo. El presidente de la Federación, Paco Blázquez, definió como “un riesgo necesario” la sustitución de Carlos Viver, el artífice de aquel milagroso subcampeonato de 2019, que luego no tuvo continuidad en los torneos posteriores. La Selección de Viver alternó brillantes momentos con profundas lagunas, unos altibajos que terminaron siendo su condena. El riesgo del cambio, en el fondo, tampoco lo es tanto, porque Prades procede del equipo técnico de su predecesor, así que conoce bien el paño. Las Guerreras han arrancado en busca de recuperar su mejor versión. Aunque el Mundial, en sí mismo, ya es un premio a su historia.