La mejor versión de Muguruza
Garbiñe Muguruza tiró de galones frente a Paula Badosa. Ahí estuvo la clave del éxito. Garbiñe sacó su mejor versión, aquella que le llevó al número uno mundial en 2017, que le condujo a cuatro finales del Grand Slam, que le coronó en Wimbledon y en Roland Garros... Y exprimió su experiencia ante una opositora cuatro años más joven, recién llegada a los grandes combates del circuito femenino. Badosa salió nerviosa, agarrotada, sin ritmo. En ningún momento apareció la frescura de la semana mágica de Indian Wells, ni de las dos solventes victorias iniciales de estas WTA Finals que le auparon como líder de su grupo. Badosa no se divirtió este martes disputando su primera semifinal de altura. Al contrario, su cara denotó sufrimiento durante muchos lances. Badosa se bloqueó ante la importancia del evento, ante la relevancia del escenario, ante la expectación de un país, ante el poderío de su rival... No olvidemos que Garbiñe ha sido un espejo para Paula. No es fácil retar a tus ídolos. Muguruza, sin embargo, sí supo convertir en una motivación defender su reinado de número uno española.
Muguruza llega a su primera final en el Masters con las mejores sensaciones, después de doblegar a las dos jugadoras más en forma del último mes. El domingo, a Anett Kontaveit, que arrastraba una racha de doce triunfos consecutivos. En semifinales, a Badosa, otra de las tenistas de moda, recién aterrizada en el top-10. La caraqueña tiene la oportunidad de cerrar con un gran título una temporada en la que ha rescatado destellos de su mejor juego y ha ganado en regularidad, su punto débil en otras fases de su carrera. Garbiñe tiene ante sí el desafío de alzarse como la primera española campeona en las WTA Finals, en la primera maestra. Badosa ha estado cerca, ahora pasa un mal trago, pero no debe quedarse con esa amargura, sino en aprender para crecer. Ella puede ser la próxima.