"Más claro que el agua"

Europa es una tortura para el Barça. Cero goles a favor, seis en contra en dos partidos. Y una vez más, zarandeado en una gran capital. De París a Turín, de Roma a Liverpool; y de allí a Lisboa. Un via crucis dificilísimo de asumir para un equipo que iluminó con su fútbol, y que ahora asume contra su voluntad su decadencia.

Sorprende el simplismo que señala a Koeman como único responsable porque este camino a la perdición en la Champions no empezó ayer, pero él también da síntomas de cansancio. Su comunicado la semana pasada, su desapego absoluto hacia Laporta, y sobre todo su crudeza excesiva con el nivel de sus jugadores, habla de un entrenador que es muy consciente de que ya no va a enderezar esto. En esta insostenible situación, ganará la frase de Busquets: "Lo fácil es echar al entrenador". Lo que no se debe olvidar es que, liquidado Koeman, seguirán Eric Garcia, que va por dos expulsiones esta temporada; Ter Stegen, que lleva mucho tiempo alejado de la élite pese a su buena imagen; o los fallos increíbles de Luuk de Jong. Como diría Piqué, "es lo que hay". Y como remató Koeman, a modo de epitafio, "más claro que el agua".

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