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A escapar de una semana complicada

Valladolid

La Segunda División es una categoría muy dura y peligrosa. Muchos lobos con hambre de ascenso, muchos partidos, muchas trampas en el camino. Eso el Real Valladolid ya lo sabía, pero nadie esperaba que las cosas se complicaran tan pronto. Es verdad, es una complicación que debe ser temporal y de la que se puede salir con facilidad, pero las primeras piedras del camino ya están aquí y el margen de error ya es un poco más pequeño. Tras lo de Burgos, fue una semana de decepción y enfado. Tras lo de Zorrilla ante el Tenerife la semana ha sido de preocupación. Por todo. Por la forma en la que el Valladolid ha perdido estos dos partidos y por algo que, tengo la sensación, no han encajado muy bien técnico y futbolistas, la contundente reacción de un sector del público con gritos de “fuera, fuera” y pañolada. Han sido respetuosos en sus declaraciones ,pero no hay que ser un lince para darse cuenta de que el mensaje subliminal es el de no entender cómo solo por dos malos partidos se puede haber roto ese ambiente positivo que había en torno al equipo. Con escuchar a Roberto, a Pacheta y a Fran Sánchez no necesito más.

Y en parte lo entiendo. Es verdad que la afición viene de un año muy duro, viendo a su equipo caer a Segunda y sin poder ir al estadio, pero creo que hay que entender que si se produce una desconexión entre público y jugadores va a ser imposible ascender. No estoy pidiendo que se aplauda al equipo después de perder, o que la afición no pueda demostrar su estado de ánimo tras un mal partido como el del domingo. Por lo que apuesto es por dar un mayor margen de confianza al proyecto, al entrenador y a los jugadores y sumar fuerzas para poder entre todos revertir la situación. Van cinco jornadas nada más, queda todo un mundo de temporada.

Y dicho esto, espero, como todos, que el equipo espabile. Por muchos ánimos y confianza que tengan, lo que va a contar de verdad es lo que se haga sobre el terreno de juego. Tras una semana también dura por las lesiones, especialmente la de Hugo Vallejo, hay que ver un buen Valladolid en Montilivi. Con cuatro o con cinco atrás, da igual, con unos o con otros en la alineación; que decida Pacheta, pero con otra imagen. Un candidato al ascenso tiene que jugar como tal y demostrarlo en el campo, con la etiqueta no vale. Porque tras una semana como esta tenemos que ver a un equipo que salga a morder al rival y que demuestre haber aprendido de los errores. Así saldrá el Girona tras acumular tres derrotas consecutivas. Todo lo que no sea mejorar será agrandar más la herida y la preocupación. Y por tanto será más difícil rescatar a los que dudan y son críticos porque se armarían de razón y cada vez serían más. Y eso es lo que Pacheta y su equipo, solo ellos, deben evitar.