LA PIZARRA TÁCTICA

Ancelotti empuja a Alaba y Lucas

Juan Manuel Serrano ArceGetty Images

No hay Liga que no exija un entrenador. El Madrid lo tuvo con Zidane, para algunos solo a ratos, con días mejores y peores. Y también lo tiene ahora con Ancelotti. Su intervención encuadró la victoria después de un inicio de mínimos. La puesta en escena del conjunto blanco no fue la mejor, ni tan siquiera se aproximó a la misma. Su primer tiempo estuvo presidido por males conocidos. Fue un equipo plano, enredado por dentro con tanto jugador en las mismas zonas. Tuvo ritmo, pero no ideas y profundidad. No se animaron Lucas y Alaba por fuera, Benzema y Hazard se pisaron y las ganas individuales de Bale no se acoplaron a las virtudes del colectivo. El galés fue la clase de jugador que siempre es. Como si el partido no fuera con él, pero cuya amenaza no se mitiga con el paso del tiempo. Desde esa tímida posición, el Madrid no mereció nada ante un Alavés que compareció decidido y firme, con Manu García en duelo frente a Casemiro y las prolongaciones aéreas de Joselu como recurso fácil y útil. Los cambios de orientación de derecha a izquierda y las carreras de Edgar y Rioja también despuntaron en un Alavés bien estructurado.

Sin embargo, la entereza competitiva de los del Calleja desapareció en un santiamén en la reanudación. La decisión de Ancelotti de impulsar a Lucas Vázquez y Alaba (gran debut) por los costados estiró a la zaga del Alavés. Su contribución dio otro aire ofensivo a un Madrid en el que siempre sobresalen los mismos. Modric demostró que por él no pasan los años y Benzema tampoco cede en su nueva impronta de jugador estratégico. Todo lo hace bien, olvidada su vieja pelea con el gol. Ayudó la pobre jurisdicción de su área del Alavés, algo que no es nuevo tampoco y demanda faena a Calleja. Ante un Madrid vertical, eficaz, armonioso y seguro, más allá de la borrosa actuación de Militao, no hay opciones de nada así. El reestreno de Ancelotti no permitió ofrendas de este tipo. Al Madrid le dio tiempo hasta para que marcara Vinicius. No hubo revoluciones, pero sí gol. Y eso no es poca cosa.

Alaba, al espacio

El lateral austríaco ofrece un desmarque de ruptura para el pase de Casemiro. Es el inicio de la jugada del primer gol de Benzema. Lo que no había hecho en el primer tiempo lo hizo en apenas tres minutos en la segunda parte.

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