¡A por el doblete!

Triunfo de cine.- En la mítica película Poltergeist (año 1982) hay una escena que ha quedado en la memoria del cine. Cuando en la televisión de la casa embrujada empiezan a aparecer imágenes y sonidos extraños, la niña, abducida por los extraterrestres, dice a sus padres con un soniquete burlón y amenazante "ya están aquí...". Eso deben pensar a estas horas los atléticos y los culés, que no deben entender cómo es posible que desde la tarde en la que el equipo de Zidane perdió en Valdebebas ante el Levante (30 de enero) no haya vuelto a manchar su cuartilla, que se ha llenado de triunfos meritorios y actuaciones cada vez más convincentes. Hemos pasado de la resignación a la euforia y la fe indisimulada, incluso, en poder conquistar un doblete histórico de Liga y Champions. El vestuario lo cree y eso es lo más importante. Da igual que dos pilares indiscutibles en la zaga, como son Carvajal y Ramos, estén faltando por sus problemas con las lesiones, o que Hazard convierta sus recaídas en una triste rutina a la que la afición ya ni le hace cuenta. La orquesta la dirige Zizou y aquí nadie desafina. Todos están de notable para arriba. Hasta que llegamos al violinista estrella del grupo, Benzema, que ha puesto de nuevo al auditorio en pie. Su primera media hora de Balaídos fue música celestial para ese madridismo que sigue pellizcándose por todo lo bueno que está pasando en las últimas semanas. Que siga la fiesta.

Karim calidade.- Cierto que el Celta tenía enfrente a una cuadrilla del arte muy pintona, con Aspas, Santi Mina, Nolito, Denis Suárez y Brais. Pero es que el Madrid tiene a Kroos y Modric, que es como tener en un equipo de baloncesto a Jordan y el malogrado Kobe Bryant. Qué manera de controlar el juego y el tempo de los partidos. Pero ello no valdría de nada si Karim tuviese apagada su lámpara maravillosa. El brazalete de capitán (ante la baja de Ramos y la suplencia habitual de Marcelo) le sienta de cine y eso le permite sentirse más líder del equipo que nunca. En lo que va de temporada suma 23 goles, en 32 partidos (0,71 de promedio), igualando casi a Messi, que suma 27 con cuatro partidos más jugados (promedia 0,75). Zidane lo define como nadie: “Benzema es la hostia”.

El ejemplo de Nacho.- Si usted quiere ser bueno y eficiente, ponga un Nacho en su vida. El más madridista de esta plantilla (es el único de los 23 que jamás ha jugado con otra camiseta) se ha ganado la titularidad con actuaciones impecables que agradecen Courtois y sus compañeros. Rápido, firme en la marca, inteligente al adelantar las líneas y segurísimo en el corte. Inexplicable que Luis Enrique no lo haya convocado con España. Mejor, así estará en perfecto estado de revista para la Semana Grande que se avecina entre el 6 y el 13 de abril (Liverpool-Barça-Liverpool).

El árbitro.- Melero hizo lo que no debe hacer nunca un árbitro: pasar por alto entradas durísimas y claras de tarjeta, sacarlas por acciones sin peligro y, lo que es peor, inventarse una falta peligrosa al borde del área y justificarla con una tarjeta a Modric recurrible hasta en el Tribunal de La Haya si fuese preciso. Melero es un mal árbitro. Y punto.

Fe ilimitada.- La afición cree que el doblete es posible. Me lo recuerdan Manolito Rafallo (Fuente de la Corcha, Huelva) y Juan Luis Dorado, que en su casa madrileña de la Avenida de Oporto tiene un museo precioso del Real Madrid. Con esta gente se puede ir al fin del mundo.

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