Un oro de ley para Husillos

Las infracciones en competición y las decisiones de los jueces también pueden decidir podios en el atletismo. Ya lo vimos el viernes con el oro de ida y vuelta de Jakob Ingebrigtsen. En la historia del deporte español hay un par de casos de descalificaciones muy sonadas, especialmente la de Natalia Rodríguez tras proclamarse campeona del mundo de 1.500 en Berlín 2009, pero también aparece en el retrovisor un suceso más reciente, otro título mundial, aunque en pista cubierta, que se le esfumó a Óscar Husillos en Birmingham 2018 tras un carrerón en 44.92. En ambos antecedentes quedó la sensación de que la historia devolvería el momentazo a ambos. No ocurrió del todo con Natalia, que siguió coleccionando medallas, entre ellas un bronce mundial en Daegu 2011, e incluso un oro continental indoor por la suspensión de una rival por dopaje, pero ninguna alcanzó aquel valor. La victoria de Husillos en el 400 de Torun tampoco es del todo comparable, pero resarce en gran parte al palentino de aquel mal trago. Tenía una plata continental, pero merecía un oro. Y ya es suyo.

Los jueces quitan a veces, pero también dan. En el deporte español existen, igualmente, algunos casos favorables, como aquel oro europeo de Bruno Hortelano en los 200 metros de Ámsterdam 2016. Estos incidentes son más habituales bajo techo, donde se compite en espacios más pequeños y los codos vuelan tanto como las piernas. Se está viendo estos días. El viernes, Ignacio Fontes fue bronce en 1.500 durante dos horas, hasta que el jurado dio marcha atrás. Y este sábado hemos tenido un ejemplo idéntico con Marta Pérez, que saboreó el bronce en la misma prueba femenina por la sanción inicial a Holly Archer, posteriormente recalificada. Como ocurre en el fútbol con el VAR, conviene no festejar mucho los goles, ni las medallas. Por si acaso. Quien sí puede celebrar su oro es Husillos. Esta vez, sí. Es suyo. Un oro de ley.