LA PIZARRA TÁCTICA

La simplificación de Asensio

JESUS ALVAREZ ORIHUELADIARIO AS

Con la etiqueta de la Liga pasada, el Madrid se adjudicó el triunfo. El discurso defensivo apenas admitió privilegios al Celta y en ataque resultó eficaz en las transiciones. El reduccionismo de su fútbol le sienta bien, tanto como a Asensio jugar ahora en la banda izquierda. Su auge en los últimos partidos, confirmado de lleno ante el equipo de Coudet, solo se puede explicar en la simplificación de su juego. A pierna natural, no requiere hacer tantas cosas, pero se puede apoyar en su zurda para atajar el tiempo de incertidumbre que le acecha. Es un Asensio más convencional, condición que ahora mismo le sirve para extender su productividad a jugadas más simples.

La realidad de su peso futbolístico se plasmó en los dos goles contra el Celta. La capacidad de transitar, sacar envíos precisos al área y llegar a zona de finalización en el momento oportuno refuerzan su rehabilitación. Asensio encaró, buscó y se elevó sobre Hugo Mallo. De sus seis centros tres fueron completados y apenas erró cuatro entregas. Desde ese rol, al servicio del colectivo, gana nitidez y recupera el crédito para volver a ser el jugador que se esperaba. El Madrid le necesita, aunque sea en una versión menos aparente. El valor de la regularidad, que tan bien conoce Lucas Vázquez en el otro costado, aproxima a Asensio a lo que quiere Zidane de él y le hace recobrar un estatus que parecía olvidado.

La presión de Zidane

El técnico blanco ordenó que Lucas y Asensio se cerraran para evitar los pases interiores del Celta. Modric y Kroos se situaban a la altura de Benzema. La estrategia del Madrid funcionó.

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