Irene Lozano y la Liga Europea
Hace noventa años se creó la Liga en España. Hasta entonces, se jugaban campeonatos regionales, cuyo campeón, luego campeón y subcampeón, iban a la Copa, Campeonato de España. La creación de la Liga, con los insistentes campeones o finalistas de Copa, abrió otra época. Los campeonatos regionales resistieron un tiempo, pero acabaron por desaparecer. Traduzcamos campeonato regional por liga nacional. Copa de España por Copa de Europa o Champions, Liga española (o de cualquier país) por Liga Europea. Ahora me parece inminente la repetición de aquel paso.
Los grandes-grandísimos andan en eso, a cencerros tapados. Quieren una Liga Europea cerrada y un Mundial de Clubes anual (en principio bienal) en el que recogerían a favorecidos de la clase media-alta de los grandes campeonatos. Los Athletic, Valencia y Sevilla de cada país. Para ellos se proyecta una Champions de segunda división, cuatro grupos de ocho cuyos campeones irían al proyectado Mundial de Clubes. De ahí para abajo, queda lo que había, pero menos. Una Liga a la que los grandes acudirían con los suplentes. Ya que la Liga Europea sería cerrada, no tendrían mayor interés en la nacional.
Eso es lo que está proyectado, con Florentino a la cabeza, Bartomeu y Miguel Ángel Gil como aprovechateguis de la situación y Sevilla, Valencia y Athletic (o el que sea, eso ya se vería), en el penoso papel del Lázaro que recoge lo que cae del banquete. De ahí para abajo, las tinieblas. He aquí un problema real para Irene Lozano y para Luis Rubiales, cuyas convicciones van a ser puestas a prueba por la apisonadora de todos los agnellis y florentinos del fútbol, para los que todos los Betis (por citar al que me es más simpático) en su camino no son más que garbanzos en el zapato. Ahí quiero ver al trío Sánchez-Lozano-Rubiales.