Red Bull, Sainz, el error y el perdón

No es fácil darse cuenta de que hay un diamante en un trozo de piedra. Todos necesitamos que confíen en nosotros. Todos. Hasta el tipo con el ego más gigante del universo, conozco unos cuantos, se diluye como la arena del desierto entre las mano cuando recibe una mala crítica o su jefe inmediato no cree en sus posibilidades. Hay que ser muy fuerte para sobrevivir a eso, tener mucho talento para poder cambiar y seguir viviendo. Porque, a veces, los que tienen que acertar se equivocan. Con Carlos Sainz se equivocaron en Red Bull. Y deberían pedir perdón. El madrileño, con esa educación suya tan exquisita que le viene de casa y de serie, siempre ha tenido buenas palabras para la empresa con la que comenzó a destacar en los circuitos, pero lo cierto es que en varias ocasiones no confiaron en él y debieron hacerlo. Ahora está mucho más claro que antes cuando lo decíamos unos pocos y nos tachaban de locos o cosas peores.

Red Bull eligió a Kvyat primero, Verstappen después y más tarde incluso a Gasly antes que decidirse a apostar por Carlos. Y ahora es el primer piloto de McLaren, el primer equipo que de verdad confía en él y está en la clasificación del campeonato entre los dos pilotos que la escudería energética ha tenido este año junto al holandés cuando su coche en realidad está mas cerca de un Toro Rosso que de un Red Bull. Se da la circunstancia de que del cuarto al octavo todos son pilotos de la factoría de Milton Keynes: Vettel, Verstappen, Gasly, Sainz y Albon. Cuando Carlos y Max coincidieron en el equipo B empataron a seis en carrera, sin fallos de fiabilidad del coche, y prácticamente empató en calificación antes de dar una auténtica paliza a Kvyat con el mismo monoplaza. ¿Qué hubiera pasado si Red Bull hubiera confiado en Carlos? Pues que ahora, además de que habría ganado alguna carrera, tendríamos una rivalidad impactante en la F1 con Max. Quizá eso no lo querían en Red Bulll... quizá hay quien se conforma con la mediocridad. Y además sonríen.