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De Sainz, McLaren, Alonso y Ferrari

Las hojas de ruta. A veces pasa que la vida, las circunstancias o incluso eso que algunos llaman destino hacen que las autopistas se conviertan en carreteras de montaña. Todo es mas difícil, pero cuando llegas la sonrisa es mayor. Siempre se ha hablado de Fernando Alonso y sus equivocaciones, de lo mal que ha elegido siempre, probablemente olvidando que el plan del asturiano terminó, en un primer viaje, con dos títulos mundiales de Fórmula 1. Es cierto que el segundo, tercer o cuarto intento se llenaron de curvas imposibles, piedras en el camino y hasta zanjas en las dunas, ahora que viene al caso. Pero en el inicio de todo fue el éxito.

Carlos Sainz tenía una hoja de ruta marcada: ser campeón del mundo con Red Bull. Si en el equipo energético hubieran creído al mil por mil en él como merecía probablemente estaría en ello porque se ha demostrado que era el único de la fábrica Red Bull diseñado para ganar viniendo desde los alevines. Otro caso es el de Max Verstappen, que llegó ya en el Castilla y a entrenar con el primer equipo. Así lo ha demostrado el tiempo. Carlos ha sido el único que ha aguantado la mirada del genio holandés. Pero Sainz ha tenido la valentía de desviarse para llegar a su meta y en ello está, dejando claro el talento, la fuerza, la capacidad de trabajo, incluso el carisma para ser el líder de un McLaren en reconstrucción con pinta de volver donde solía. Carlos, hubo un momento, también pudo ir a Ferrari. Quizá ahora sería Leclerc…

Hablábamos de Alonso, de Ferrari, y así cerramos esta columna. Este año Hamilton, cuya aparición provocó el resto de piedras en todas las carreteras de Fernando, volverá a ser campeón. Con el genio astur en el equipo, la Scuderia lo sería este año 19 y en otros dos de Mercedes estos últimos años. Las hojas de ruta… qué pena, a veces. La vida.