El otro gallego salva el punto

Zamora perico. El Espanyol fue a Mendizorroza a no hacerse daño, a mimar el balón con un centro del campo de toque y dar la campanada con Wu Lei y Ferryera en los últimos 15 minutos. Pero al final fue Diego López el que evitó la segunda derrota liguera, con dos paradas que demuestran que el gallego es uno de los mejores metas que han defendido la portería de este histórico club, digno sucesor de los Zamora, Martorell, Trias, Toni, N’Kono o Kameni. Los porteros también ganan partidos y evitan derrotas, y la de esta tarde bajo el sol de Vitoria lleva el sello del otro gallego del equipo, que está viviendo una segunda juventud por suerte del Espanyol.

Más osadía. Esa juventud de corazón que representa Diego apareció también en el DNI del equipo titular de Gallego, en mayúscula y el primero. Calero, de 23 años, demostró su seguridad y su carácter de líder, aunque estuvo demasiado comedido con el balón. Es un corrector de lujo, un tipex capaz de rectificar los borrones de los compañeros. Con este seguro de vida y el de Diego López, el Espanyol cose sus rasgaduras, sobre todo en esas transiciones rápidas rivales provocadas por algunas pérdidas de balón. También debutó de inicio Campuzano, voluntarioso pero solo, como Robinson Crusoe, en su isla.

Darderismo. A la segunda parte ante el Zorya, en la que Darder fue determinante y dio la asistencia del 2-1 de Javi López, se estrenó de titular el catalán, que andaba con la mosca detrás de la oreja con las suplencias de la pretemporada. De nuevo, el catalán conectó los mejores pases de un Espanyol que atacó sin espada, y solo lanzó una vez entre los tres palos. El conjunto perico intentó coser tanto las jugadas ante un Alavés estajanovista que perdió de vista que el hilo y la aguja debían llegar a la portería defendida por Pacheco. Roca y Darder, con bastantes luces y alguna sombra, fueron de lo mejor de Vitoria, eclipsado y ausente en el costado aún Melendo.

Nervios europeos. Pero el rendimiento del Espanyol se tiene que coger con pinzas hasta el jueves. Aunque públicamente la plantilla expresa que no sería un “fracaso” no entrar en la fase de grupos, por la mente del equipo no pasa otra cosa que sobrevivir ante el Zorya, en una “final”, y poder quitarse un peso de encima. Ese objetivo atenaza a cualquiera. Pasando esa prueba, certificando el billete a ser un equipo europeo con todos los honores, se deberá empezar a comprobar el proceso que debe convertir al Espanyol a un mejor y prometedor equipo.

Clasificación. El conjunto perico sigue en las cloacas de la clasificación, una anécdota en una temporada que acaba de empezar. Todos los errores tienen una justificación entendible. El jueves se liberará el equipo. La temporada y la exigencia arrancarán tras la batalla de Zaporiyia.

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