A falta de fichajes, buenas noticias en el Espanyol

A punto de finalizar junio y a escasamente un mes de que ruede el balón en las ansiadas previas europeas, el 'mercato' perico se cocina a fuego lento, como si todo formara parte de un plan preconcebido que, cual partida de domino, desata todas sus fichas en cadena ante la caída de una de ellas. A pesar de esta aparente calma inusual en un mes de junio que acostumbra a ser movidito siempre, el Espanyol no ha vivido ajeno a las novedades y, lo que es más importante, parece progresar de forma muy adecuada en el camino de la expansión como entidad, para pasar de ser un gran club a un club grande.

La ampliación de capital que debe efectuarse antes de la finalización del presente curso, la apertura definitiva de una tienda en plenas Ramblas de Barcelona, la buena marcha de la campaña de abonos y el aparente y convincente cambio en la política de ventas –con exigencia íntegra de las cláusulas de rescisión a los pilares del equipo– han hecho olvidar la sorprendente y decepcionante marcha de Rubi con destino a la Avenida de Las Palmeras, algo que parecía haber dejado un tanto tocada a la afición y al proyecto. Pero como dice Francesc Via, un amigo periodista del entorno perico, el proyecto no es de un entrenador –no estamos ante el Espanyol de Rubi– sino que el proyecto es de club y no de míster, que es circunstancial o coyuntural al mismo. Los proyectos son de entidad y los entrenadores forman parte del mismo pero nunca siendo un todo, como también nos pasó con Quique Sánchez Flores.

Ahora, ante las buenas noticias que rodean el universo perico sólo nos queda esperar ansiosamente la llegada de los anhelados refuerzos para afrontar tres competiciones y el asalto a un salto cualitativo esta temporada.

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