LA PIZARRA TÁCTICA

Emery le gana la mano a Marcelino

No se ha reconocido al Valencia en toda la eliminatoria. Si en Londres quedó deformado por el inusual cambio de sistema de Marcelino, en Mestalla no se pareció nunca a sí mismo por las facilidades defensivas que dio al Arsenal. No hubo rastro de su habitual fiabilidad. Emery le ganó la mano a Marcelino con movimientos acertados que quedaron sin respuesta. El concurso extraordinario de Aubameyang y Lacazette consagró los merecimientos gunners. Emery decidió atacar con sus dos delanteros de dos formas distintas, pero ambas igual de efectivas y establecidas en el dinamismo. Por un lado, Lacazette y Aubameyang se intercalaban a la espalda de Parejo y Coquelin y recibían en contextos desahogados. Los apoyos del galo quebraron al Valencia. Una secuencia diferente dibujaban cuando se abrían a las bandas para participar desde ahí. Aubameyang aprovechó las continuas incorporaciones de Gayá para poder disfrutar de situaciones en ventaja. Muchas jugadas nacieron en ese lado derecho y Lacazette se encargó de finalizarlas viniendo desde el otro perfil.

Tampoco se vio un Valencia fresco en el plano ofensivo. Marcelino quiso explotar la debilidad de Maitland-Niles como carrilero. La orden era buscar el cambio de orientación rápido para Guedes o Gayá. El sistema de tres centrales y dos carrileros siempre sufre para defender este tipo de acción y al Arsenal también le costó frenarla. Sin embargo, el plan se le quedó muy corto al Valencia. A excepción de su tradicional transición con Rodrigo como activista principal por dentro, tuvo un déficit muy importante para desbordar en los ataques elaborados. Esto siempre ha estado en el debe del conjunto de Marcelino, pero pocos podían esperar su impotencia defensiva. 

Aubameyang, solo en la banda

El delantero se abría para recibir e iniciar el ataque con conducciones. Obligaba a Paulista a salir de su zona. Esta jugada acabó en gran ocasión de Lacazette tras la acción individual del gabonés.

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