La mirada que apunta al presidente

En la jornada 11, cualquier aficionado hubiera apostado porque el Espanyol pelearía hasta el final por la Champions como lo está haciendo el Getafe, intentando vengar aquel gol de Toni Velamazán que anuló Iturralde González en Pamplona (2005). En la jornada 28, la cara del bueno de Velamazán se transformaba en la de Corominas, porque la mala racha del equipo provocó que el aficionado rescatase los fantasmas de sus salvaciones agónicas (2006). Y, ahora, a falta de siete jornadas para el final, Rubi comenta una posibilidad real, la de convertirse en el tercer mejor Espanyol del siglo si el equipo es capaz de sumar 12 de 21 puntos, una cifra que no es descabellada. Este suba y baja constante de la temporada no es más que el del club en este siglo, incapaz de consolidar un proyecto, viviendo los dos polos en un mismo curso y vendiendo más que invirtiendo. La temporada actual, como la de Valverde de la 2007-08, ha dado lo mejor y lo peor, ha animado a la masa y la ha decepcionado.

Pero los siete partidos que quedan tiene una importancia relativa, salvo hecatombe o heroicidad. Lo importante es hacia dónde navega el Espanyol, si su política de fichajes va a estar de nuevo supeditada a las ventas millonarias para pagar la deuda de Chen o para seguir explorando el mercado chino, o, si por el contrario, si quiere potenciar el equipo con dos o tres jugadores de nivel, como dice Rubi. A este Espanyol le han faltado recambios y un plus de calidad en zonas de ataque, agravadas cuando Borja ha sido neutralizado. Una vez acabe LaLiga, la mirada deben ir al presidente.

Lo más visto

Más noticias