El ‘Chucky’ se estrena en un partido diabólico

Ocho minutos de titularidad le bastaron a Facundo Ferreyra para establecer su primer gol con la camiseta del Espanyol. Para que la baja de Borja Iglesias se notara lo menos posible. Lo mismo que intentó Granero en su sociedad con Wu Lei en el intento de minimizar la ausencia de Darder. O Naldo-Hermoso en la búsqueda de la sobriedad sin David López. Anotó Ferreyra pero, como sucede con el apodo que sus abuelos le pusieron por sus travesuras infantiles, el ‘Chucky’, el partido no pudo ser más diabólico para el Espanyol. En numerosas fases apretó el Athletic, ahogó incluso, hasta conseguir en el tramo final el premio de consolación del empate.

Diabólica fue especialmente la acción del 1-1, el enésimo centro de los leones con la diferencia de que lo puso Ibai con el exterior de la bota, hacia dentro, tan inalcanzable para la zaga perica como lo fue el testarazo de Raúl García (¿quién si no?) para Diego López. Para el Espanyol, no en vano, el encuentro de San Mamés fue casi un calco de su visita a Mestalla, con una versión más madura y pragmática, mucho más conservadora, concediendo incluso infinidad de centros laterales pero achicando desde dentro. Y casi le sale perfecta a Rubi. El 1-1 dejó a medio camino el milagro del triunfo, pero da para ver el vaso medio lleno: tras el descalabro fuera, ya van tres salidas sin perder, y seis jornadas invictos. No está mal.

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