La autopista Jesús Navas

Sin el más mínimo reproche a su equipo pero con la sensación de haber dejado vivo a un rival directo. Así se marchó el sevillismo de Nervión y con todo el derecho del mundo de calificar al Atlético como enemigo al que se le puede mirar a los ojos, tutear e, incluso como se pudo ver por momentos en la primera parte, reducirlo a la vulgaridad. Este Sevilla no tiene nada que ver con el que el año pasado hizo el ridículo ante el mismo equipo. Y este Sevilla mostró que sí es el mismo que ilusionó en 2018.

Y aunque parezca mentira en pleno 2019, el Sevilla sigue siendo en gran medida lo que quiera Jesús Navas. El palaciego encontró una autopista por la derecha en la primera mitad y abusó de sus marcadores. En la segunda, Simeone le puso un peaje y aun así el campeón del mundo demostró de lo que es capaz, dejando un caño digno de museo. Igual ganar LaLiga es una quimera, pero pelearle al Atlético no lo es por mucho que los presupuestos, ésos que tanto gustan recordar cuando conviene, digan lo contrario.

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