A Javi le toca ahora enseñar
El año 2018 que camina a su final ha sido año olímpico. Celebró los Juegos en Pyeongchang, allá por febrero. El deporte se vive con tanta intensidad, sin un solo día de respiro, que a estas alturas divisamos aquellos primeros meses como algo muy lejano. La escasa tradición en las disciplinas de invierno, unida al horario asiático, también restó foco a la cita olímpica. Pero estos Juegos son merecedores de un recuerdo muy especial para el deporte español, porque allí se rompió una sequía de 26 años sin presencia en el medallero. Primero Regino Hernández, en snowboardcross, y luego Javier Fernández, en patinaje artístico sobre hielo, acompañaron con sendos bronces a los Fernández Ochoa en el palmarés. Por fin. Superjavi sabía que era su última oportunidad para subir al podio olímpico tras su tropiezo en Sochi 2014. Y no falló.
Sus 27 años son ya una edad elevada para un patinador, y más ante la reciente moda de aumentar la exigencia de los saltos. El patinaje es cada vez menos artístico y más físico. Con la meta alcanzada, Fernández ha puesto fecha a su retirada: el 26 de enero en Minsk. Esta temporada ha renunciado a la competición mundial, pero su nivel aún le da para luchar ese día por su séptimo título consecutivo de campeón de Europa. Sería un gran broche. Ahora su intención es trasladar a España su experiencia. Ha montado una pista benéfica en Madrid, triunfa con su espectáculo Revolution on Ice... Y tampoco descarta ser entrenador, aunque para eso necesita más tiempo y algún guiño. Desde luego ayuda bastante poco que el futuro CAR del Hielo vaya a estar en Esplugas (Barcelona), tan lejos del mejor patinador español de siempre.