El amigo de todo el mundo

Hasta que llegó Aleñá y anotó un tanto más para la historia de la cantera, la cara y la cruz del partido eran Dembélé y Messi. El argentino recibió una entrada implacable y dejó de ser útil hasta que su inteligencia en la lectura del fútbol proporcionó al canterano una oportunidad de oro que desequilibró para siempre un partido que el Villarreal había vestido de amarillo, el color del miedo. Mientras ocurría ese horror al empate que recorrió la espalda del Barça, algo merece reseñarse: la resurrección inaudita de Dembélé.

El delantero francés ha dejado atrás sus migrañas y otros accidentes de su ánimo y se ha convertido en decisivo para recuperar al Barça para el fútbol feliz, en contra del fútbol cejijunto que marcaba el resultado hasta que estallaron Messi y Aleñá. Las jugadas de Dembélé fueron extraordinarias, sin eficacia en el marcador, pero puntuables desde el punto de vista de lo que puede estallar en el futuro. Ahora aquel Dembélé hosco es como aquel personaje de Kipling, Kim de la India, el amigo de todo el mundo.

Lo más visto

Más noticias