El deporte une a los políticos
Los portavoces de los cuatro grandes partidos políticos compartieron mesa en Casa Juan con As para debatir sobre la reforma de la Ley de Deporte. Todos coinciden en el punto de partida: la ley de 1990 ya no sirve. Y, a pesar de las diferencias ideológicas que les separan en muchos aspectos, también concuerdan en los ejes fundamentales que deben regir el futuro texto: una nueva financiación público-privada, planes a cuatro años, políticas de igualdad para la mujer, un estatuto del deportista, el buen gobierno de las federaciones, la redefinición del deporte profesional, el cuidado de la base, la regulación de los profesionales del sector, la proyección internacional... Hay matices, claro. Mientras Podemos insiste con el deporte femenino, Ciudadanos lo hace con la transparencia federativa, por citar dos ejemplos.
En general, las ideas brotan con una conformidad casi plena. “El deporte une”, apunta el senador Juan Luis Soto, aunque la frase podría haberla pronunciado cualquiera de los comensales. Ese consenso ya se vivió con el Gobierno anterior y con José Ramón Lete como presidente del CSD, que inició los trámites, y no hay ningún motivo para abandonarlo con el actual y con María José Rienda al frente del Consejo. Hay un camino avanzado. José Hidalgo, presidente de ADESP, es testigo desde el ámbito federativo. Los procedimientos legislativos son largos: unos nueve meses en el mejor caso. No hay tiempo que perder, ni motivo para enredarse en tácticas demoratorias con fines que no tengan nada que ver con el deporte. Los políticos españoles están ante una buena oportunidad de caminar unidos hasta el final.