Hay motivos para ilusionarse

Cuatro de cuatro. 12 puntos de 12. El Málaga sigue caminando con pie firme en Segunda. Su liderato es incontestable. Con su receta de siempre, agarrados a un trabajo colectivo muy serio y al oficio del que hacen gala todos los equipos de Muñiz. Sin excepción. El logrado ante el Tenerife es el tercer 1-0 consecutivo. Un dato que hace evidente la mano del técnico y lo que es esta categoría. Como ante el Alcorcón, el partido lo desatascó una genialidad de Ontiveros. El marbellí es puro talento. Un genio al que Muñiz se ha propuesto encauzar y que ya le ha dado seis puntos. Uno de sus chispazos de calidad dejó solo a Blanco Leschuk y el argentino no perdonó. Se repitió la conexión de hace 15 días. En ambos goles se hizo imprescindible la magia de Ontiveros, que iba a empezar como suplente y que entró en el once debido a las molestias de las que se resintió Renato Santos en el calentamiento.

Puede ser pieza clave esta temporada el canterano. La plantilla se ha quedado algo corta y el Virus FIFA va a hacer mella en el equipo bastantes jornadas. De ahí que la aportación de jugadores diferenciales como Ontiveros sea tan importante. Talento y fútbol le sobran. Pero debe dejar de lado cierto tipo de actitudes. También está llamado a ser un jugador de referencia en este Málaga Blanco Leschuk. Ha marcado dos de los cinco goles y su importancia en el juego es cada vez mayor. Muñiz, de momento, está exprimiendo bien sus piezas. Su Málaga es un equipo bien trazado y muy seguro. Y eso en Segunda es sinónimo de muchos puntos. El malaguismo tiene motivos para ilusionarse.