De Cristiano a Mariano

Tanto dejar caer que no necesitaban un nueve y al final estaba en Lyon. El Real Madrid ha claudicado ante una evidencia palmaria y desesperante para Lopetegui, que necesita más aguardiente arriba, y se acordó de Mariano sobre la bocina. O, mejor dicho, el Sevilla se lo ha puesto en bandeja. Un puente de plata entre Francia y el Guadalquivir que terminaba, sin que lo supieran en Nervión, en Concha Espina. Y a menor precio que si el Madrid hubiera llamado directamente a Aulas.

De Cristiano a Mariano. Y no es tan malo como suena. Ni de lejos. No tiene el glamour mundialista de Harry Kane, tampoco es tan conocido para el aficionado como Rodrigo, ni siquiera es un viejo ogro del madridismo como Lewandowski. Pero Mariano pareciera fabricado para este Madrid de Lopetegui más efectivo que efectista. Ya en el de Zidane, Cristianocéntrico y con Benzema privilegiado, hizo cinco goles en los ratos muertos que le dejaron (305 minutos oficiales)… Ahora se ha constatado en Lyon como goleador y espécimen capaz de aportar matices. Primero, un poderoso remate de cabeza, algo que el Madrid perdía sin Cristiano aunque siga Bale. La presión alta que demanda Lopetegui adquiere una nueva dimensión: Mariano aprieta a los porteros y centrales rivales con saña. En campo abierto, es un bisonte en estampida, que se lo digan al Villarreal en la pasada Europa League. 25 años recién cumplidos, lanza faltas, penaltis, sabe rugir en la jungla del área pequeña y no necesita adaptación. En resumen, una ganga.

Mariano no es Cristiano, obviamente, pero a su manera es otra clase de bestia. Poco vista aún en España. De ahí las suspicacias; Lopetegui no las tiene, le consideró como candidatable para el Mundial. En su búsqueda de repartir el gol del Madrid, ya tiene el nueve puro que demandaba.

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