El Dream Team del piragüismo

El piragüismo encadena medallas en las cuatro últimas ediciones de los Juegos, desde Atenas 2004 hasta Río 2016. Ninguna otra federación puede presumir de esa racha, que ha colocado a este deporte sólo por detrás de la vela en el medallero olímpico español: 16 contra 19. Una clave de la cosecha es la dura competencia interna que existe en el equipo, y los nítidos y estrictos criterios de selección. Nadie participa en un campeonato por glorias pasadas. El palista más laureado en activo, Saúl Craviotto, puede dar fe. Tiene cuatro medallas olímpicas, dos de ellas de oro. Sólo David Cal, otro piragüista, reúne una más, aunque con un oro menos. Craviotto, además, es mediático y popular, tras su paso victorioso por MasterChef Celebrity. Pues bien, ni siquiera Craviotto se libra de los Selectivos para entrar en el equipo.

El último desafío de España es el K4. La especialidad más prestigiosa. La RFEP ha creado un equipo galáctico para asaltar el podio de una modalidad que no ha dado medallas olímpicas en la fértil recolecta reciente, aunque sí una plata en el lejano Montreal 1976, con una alineación que en tiempos se recitaba de memoria: Herminio Menéndez, Esteban Celorrio, Díaz-Flor y Ramos Misioné. Los cuatro fantásticos actuales son Saúl Craviotto, Cristian Toro, Marcus Cooper y Rodrigo Germade. Tres campeones olímpicos y un campeón mundial. Se probaron varias combinaciones a igualdad de condiciones: siete palistas para cuatro plazas. Y al final se formó este Dream Team. El triunfal piragüismo español compite durante esta semana en los Mundiales de Portugal. Siempre con la mirada en Tokio 2020. Y en la Historia.