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PLANETA E-BIKE

Todo lo que debes saber sobre la batería de tu e-bike

Las claves sobre su mantenimiento, recarga, cuidado, transporte… todo lo necesario para su mejor rendimiento.

Todo lo que debes saber sobre la batería de tu e-bike

Ya sabemos que el motor que asiste al pedaleo y la batería que le suministra energía son los dos principales componentes diferenciadores de una e-bike. Como ocurre en otros tantos dispositivos dependientes de la electricidad para su funcionamiento, la autonomía de las pilas suele ser una inquietud para sus usuarios. ¿Quién no ha sentido la angustia de quedarse sin batería en el teléfono móvil en el momento más inoportuno? En el ciclismo la situación es similar, mover una de estas pedelec sin apoyo del propulsor puede convertirse en un auténtico suplicio, así que conviene conocer algunas claves sobre el cuidado y mantenimiento de las baterías para garantizar su máxima efectividad y fiabilidad a lo largo del tiempo.

Baterías de iones de litio

Las baterías de iones de litio son las más frecuentes en las bicis eléctricas actuales. Pueden almacenar mucha energía con un peso contenido, gracias a su densidad. Con un peso entre 2,5 y 3,5 kilos de promedio son suficientes para ofrecer la capacidad necesaria que garantice una buena autonomía, teniendo las más habituales entre 300 y 500 Wh (desde luego que hay algunas superiores). Además, esta tecnología permite que nos olvidemos del famoso efecto memoria, que reduce su capacidad con la reiteración de cargas.

El tiempo de recarga

El tiempo para recargar una batería está directamente relacionado con su capacidad, cuanto mayor sea ésta proporcionalmente se incrementarán las horas necesarias. Partimos de la base de que todos (o al menos la mayoría) utilizamos un punto de recarga doméstico, un enchufe convencional, en cuyo caso podríamos dar como referencia unas dos horas para una de 300 Wh, que se pueden alargar hasta las cinco horas en baterías de gran capacidad, de 500 Wh o más. Insistimos en que son datos aproximados, que varían dependiendo del fabricante (o calidad) de la batería.

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¿Cuál es su vida útil?

Las baterías de las e-bikes, como cualquier otra, no son eternas. Van perdiendo capacidad hasta ser prácticamente inutilizables y los fabricantes suelen ofrecer el dato del número aproximado de recargas que soportan, por lo general entre 500 y 800 ciclos. A medida que se van utilizando se deterioran, aunque este proceso resulta variable dependiendo del cuidado que prestemos a la batería, como su conservación o sistema de recarga. También el simple paso del tiempo afecta a sus características y pensar que nos durarán en óptimas condiciones más de un lustro es pecar de optimistas.

Almacenamiento y conservación

Las baterías deben almacenarse en un lugar seco, que no se encuentre expuesto a la luz solar directa, con una temperatura ambiente entre 15 y 20 grados, y en un estado de carga entre el 30 y el 60 por ciento de su capacidad total. Este último aspecto es muy importante, conviene evitar siempre las descargas profundas, su agotamiento completo. De hecho, muchas bicis impiden que se produzca esta situación y desconectan el motor antes de que llegar a este extremo, pernicioso para la conservación de las celdas de la batería. Y sobre todo, como ya hemos mencionado, es especialmente desaconsejable guardarlas sin carga durante largos periodos.

Recarga completa por la noche

Muchos ciclistas, para asegurarse la máxima autonomía en sus salidas, optan por recargar la batería durante toda la noche, probablemente superando el tiempo necesario para completar el proceso. En principio el hábito no es perjudicial, la mayoría de los cargadores actuales disponen de un sistema de protección inteligente que corta el paso de corriente para evitar sobrecargas. En todo caso, si podemos tener el control sobre la operación directamente, con posibilidad de desconectar la batería de la toma cuando comprobemos que ya no es necesaria más carga, mucho mejor. Lo incuestionable es utilizar siempre el cargador proporcionado por la marca de bicicletas, los únicos que garantizan que no se produzcan daños irreparables que, además, anularían la garantía de la batería.

El enemigo del frío… y del calor

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Hay quien piensa que se trata de una leyenda urbana pero no es así. El frío es uno de los principales enemigos de las baterías, ya que se reduce su rendimiento: no la capacidad de almacenar la energía sino la de liberarla para satisfacer las exigencias del motor. Un fenómeno especialmente apreciable cuando nos acercamos a 0º centígrados y desde luego por debajo, pudiéndose minimizar con el uso de fundas específicas, por lo general de neopreno, que las recubren para conservar algo de su calor. En el otro extremo, si rodamos con muy altas temperaturas, por encima de los 40º, el calor también afectará a su rendimiento.

¿Se pueden mojar las baterías?

Ya tratamos este asunto referido en general a las e-bikes, con conclusiones aplicables en particular a las baterías. En principio son estancas… pero mejor no abusar ni poner a prueba hasta dónde soportan los efectos del agua. Sumergirlas más de lo imprescindible no me parece muy buena idea, tampoco lavarlas con lanzas de presión, y conviene tener especial atención con la humedad en la toma de carga y la corrosión que pueda acarrear su presencia.

Transporte en avión

Una cuestión a tener en cuenta si piensas viajar con tu e-bike en avión es que la Asociación del Transporte Aéreo Internacional (IATA) prohíbe el transporte de baterías de gran capacidad en los vuelos de pasajeros. La bicicleta sí puede facturarse sin mayores complicaciones (más allá de los requerimientos de cada compañía), pero la batería debe extraerse y embalarse, para ser facturada como carga según la reglamentación vigente para el transporte de mercancías peligrosas. Informarse con antelación al respecto es lo inteligente.

Reparar baterías dañadas

Hay empresas que se dedican a la reparación de baterías con celdas dañadas, bien por su propio agotamiento o por otro tipo de incidencia. Carezco de información suficiente como para recomendar esta posibilidad ni tampoco para lo contrario, pero el proceso no es precisamente económico (aunque sí más que comprar una batería nueva) y algunos fabricantes como Bosch lo desaconsejan, argumentando que se trata de dispositivos complejos y de mucha precisión, cuya reparación requiere conocimientos y medios técnicos que no es fácil encontrar en terceras empresas. Imagino que con el tiempo habrá usuarios que se decanten por esta posibilidad y tendremos más referencias al respecto.

Y al final, desecharlas correctamente

Si finalmente la batería de nuestra pedelec pasa a mejor vida, un último punto obvio pero que conviene recordar: como cualquier otra pila es imprescindible desecharla correctamente. Las tiendas especializadas son las encargadas de recoger las baterías inutilizadas e iniciar con ellas, a través de especialistas, un procedimiento de eliminación respetuosa con el medio ambiente y gratuito para el cliente.