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PLANETA E-BIKE

La pregunta del millón: ¿cuál es la autonomía de una e-bike?

La preocupación principal de la mayoría de los usuarios de una bicicleta eléctrica es cuántos kilómetros les permitirá recorrer con asistencia.

La pregunta del millón: ¿cuál es la autonomía de una e-bike?

Superados los prejuicios iniciales, muchos ciclistas que se plantean dar el salto a una e-bike se muestran preocupados por la incertidumbre lógica de la autonomía que les ofrecerá su bicicleta. Para un usuario ocasional y sin demasiadas pretensiones no debería suponer inquietud alguna, cualquier modelo medio superará con mucho sus expectativas para realizar excursiones cortas de 20 o 25 kilómetros. La cuestión se complica para aquéllos con mayores ambiciones, habituados a salidas de mayor distancia, desnivel e incluso ritmo, con lo que surgen dudas razonables respecto a si una bicicleta eléctrica satisfará sus exigencias.

La mala noticia al respecto es que no existe una respuesta exacta a la pregunta del millón. Son diversos los factores que influyen en la duración de una batería y se pueden presentar en multitud de combinaciones. La experiencia continuada es la que ofrecerá una aproximación más certera al paradigma de la autonomía, utilizando nuestra bicicleta por los recorridos habituales y con nuestro estado de forma puntual llegaremos a tener una aproximación bastante certera de hasta dónde nos puede llevar nuestra e-bike.

Pero intentemos ir un poco más allá de lo evidente. Aunque insisto en que no es sencillo afinar  el tiro, sí podemos tener en cuenta algunas cuestiones que nos ayuden a adivinar si una bicicleta eléctrica de montaña se puede convertir en nuestra compañera de aventuras. Una perogrullada es que el motor siempre nos ayudará, su rendimiento nos debe permitir, en buena lógica, llegar más lejos y más rápido que antes, con lo que el problema principal se concreta en una posibilidad: cuando la batería se agote nos tocará mover una bici que pesa el doble que una convencional de características similares. Así que lo mejor es intentar que tal situación no se produzca.

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Los cinco factores principales que influyen en la autonomía de una e-bike son los siguientes:

1. POTENCIA DE LA BATERÍA. Cuanto mayor rendimiento ofrezca la batería, superior asistencia al pedaleo ofrecerá y la podremos emplear en recorrer más distancia, en subir más pendientes o en circular a la mayor velocidad. De hecho, no faltan los ciclistas que optan por evitar el riesgo de quedarse tirados con una bici de veintitantos kilos cargando con una segunda batería extra con la que sustituir la primera, duplicando con ello su radio de acción. Así que el primer consejo es obvio: comprar la bicicleta o la batería más potente que se pueda pagar, si es de 500 Wh mejor que de 360…

2. FORMA FÍSICA. Para cubrir una determinada distancia a una determinada velocidad es necesaria una determinada energía. Tampoco descubrimos nada nuevo. Lo que hay que tener en cuenta con las e-bikes es que la entrega de esa energía se reparte entre el ciclista y su máquina, así que cuanto más ponga uno de ellos menos se exigirá al otro. Si estamos muy en forma y aportamos muchos vatios al movimiento, menor esfuerzose requerirá al motor y menor será la exigencia a la batería, con lo cual su autonomía será mayor. Los que estamos en una forma mejorable tiramos más de la asistencia al pedaleo, con lo que el motor trabajará lo que no lo hacemos nosotros.

3. PESO DEL CICLISTA. Relacionado en cierta medida con lo anterior está el peso del ciclista, aunque en este caso la fórmula es idéntica a la aplicable en una mountain bike convencional y al ciclismo en general. Cuantos más kilos debamos desplazar, más energía gastaremos en hacerlo. Así que el requerimiento al motor (siempre alimentado por la batería) será muy superior para un deportista de 85 kilos que para uno que pese 68. Puro sentido común…

4. DESNIVEL Y RITMO. Si queremos tener una aproximación a la distancia que podremos recorrer hay que considerar el desnivel positivo que afrontaremos y el ritmo al que lo haremos. Si subimos mucho y rodamos rápido la batería se agotará antes, lógicamente, que si vamos a disfrutar de muchas bajadas o vamos paseando en plan ‘Verano azul’ (los más jóvenes abstenerse de encontrarle sentido al chascarrillo). Y repetimos, todo ello relacionado con la cantidad de energía que nosotros podamos aportar a la ecuación del rendimiento.

5. PROGRAMA DE UTILIZACIÓN. Las e-bikes cuentan con diferentes programas (por lo general tres o cuatro) de utilización. Para entendernos, son las órdenes que el software de gestión le da al motor sobre la forma en la que entrega su potencia. Cada marca puede darle una denominación a estos modos, del estilo de ECO para el más ahorrador, TOUR para el medio o rutero y TURBO para el más enérgico. Como es fácil de adivinar, la exigencia de menos a más está relacionada con el comportamiento ofrecido, así que si decidimos pasarlo en grande teniendo potencia a raudales en todo momento, la batería se agotará a la misma velocidad que la exigencia.

Imagino que algunos, o puede que muchos, estaréis pensado que menudo rollo me he vuelto a marcar para no tener una resolución demasiado clara al dilema. Lo había advertido, no existe una fórmula exacta para calcular la autonomía de una bicicleta eléctrica, como tampoco la hay para un coche o una moto con una mecánica sin emisiones. Como vemos, son varios los factores de influencia determinante que se combinan entre sí en diferentes formas y porcentajes. Hay quien se pule una batería de 500 Wh en 20 kilómetros y otros artistas consiguen sacarle cerca de 100 a la misma pila.

Por terminar sin divagaciones y dando un dato al menos orientativo, mi experiencia personal es que en un recorrido medio en cuanto a desnivel y dificultad, y en mi limitado estado de forma pero evitando abusos de la asistencia (priorizando el modo ECO) suelo completar sin grandes complicaciones rutas en torno a los 50 kilómetros (alguno de mis compañeros de ruta gastan la mitad de batería que yo en idénticas condiciones, están el doble de fuertes). Una distancia que queda claramente por encima de lo que a día de hoy podría hacer sólo con fuerza animal y, sobre todo, disfrutando muchísimo más de la experiencia. Como para perdérselo…