El estilo de Caparrós rearma al Sevilla

Mirada al pasado. Los primeros noventa minutos de Caparrós recordaron a un Sevilla antiguo, con más fe que fútbol, pero solvente y sufrido, argumentos que le sirvieron para derrotar a la Real Sociedad. El técnico tocó lo suficiente para rearmar un equipo que andaba perdido con Montella. Se adivinaron rápidamente las coordenadas de su Sevilla: estilo más directo, repliegue bajo tras ver que la Real lograba salir de la presión inicial y búsqueda de la transición rápida tras pérdida rival. Fue el encuentro en el que menos posesión amasó esta temporada quitando dos compromisos contra el Barcelona (sólo el 41%). También hubo cambios de nombres y tareas.

Reparto distinto. Roque Mesa se adjudicó la manija, N’Zonzi dio un paso adelante y Sandro dejó la banda para ser la referencia ofensiva. La principal alteración tuvo como protagonista a Banega. El argentino volvió a la mediapunta, posición en la que partió muchas veces en el gran Sevilla de Emery, intercambiándose con Iborra y resguardado por la jerarquía de Krychowiak. Banega dejó sus funciones de puro organizador, papel que representó con Sampaoli, Berizzo y Montella. Su participación y precisión, lógicamente, disminuyeron (42 pases con un 57% de acierto, su cifra media más baja esta temporada). A Caparrós no le incomodó. La hoja de ruta que ha diseñado requiere de la presencia del argentino cerca del área para aprovechar su visión final. Banega le correspondió. Dio tres pases que acabaron en grandes ocasiones (dos a Sandro y uno a Sarabia). Debido a la proximidad del derbi, Banega apunta a suplente esta noche y Vázquez volvería a la titularidad. La pauta general no variará. Todo por la verticalidad.

Otros recursos. La nueva personalidad del Sevilla, menos empalagoso con el balón, quedó patente en dos detalles que, aunque parecen menores, son significativos. Fue habitual ver a Soria ejecutar en largo los saques de puerta. Con Montella se buscaba la salida en corto desde atrás. Otro gesto llamativo sucedía en los lanzamientos de banda. N’Zonzi se situaba en la periferia del área pequeña y le buscaban por alto para que peinara con la cabeza o intentara proteger dada su envergadura. Escudero lo probó, con relativo éxito, varias veces. La mayor elementalidad que propone Caparrós armonizó al Sevilla y concordó con lo que necesita ahora su equipo: ganar de cualquier forma desde la competitividad más básica.

 

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