Nadal, la Davis, la tierra y la salud
Rafael Nadal regresa este lunes al número uno, 42 días después de haberlo perdido ante Roger Federer. El duelo eterno, incluso a distancia. La sorprendente derrota del suizo en el Masters 1.000 de Miami ante Thanasi Kokkinakis, el 175º del mundo, le devolvió la corona sin necesidad de jugar. Evidentemente, siempre es más épico auparse al liderazgo en plena competición, mucho más si alzas un trofeo, pero eso no quita mérito a la reconquista de Nadal. La clasificación de la ATP es muy justa, porque mide un año entero natural: es decir, Rafa ha sido mejor que nadie en la suma de los últimos 365 días. Más quisiera el español haber celebrado este honor con la raqueta en la mano, pero Nadal lleva ya más de dos meses sin competir por la lesión en el psoas ilíaco que sufrió en el Abierto de Australia.
El número uno coincide con la semana de su teórica reaparición. Será en la eliminatoria de Copa Davis de Valencia ante Alemania, que viaja con dos duros huesos: Zverev y Kohlschreiber. Escribo ‘teórica’ por precaución, porque en este mismo espacio ya anunciamos su retorno en Acapulco, y luego no pudo saltar a la pista por una recaída. Rafa inaugurará así la temporada de tierra de batida, donde defiende un cerro de puntos: 4.680. Si el físico le acompaña, tiene a su alcance hollar de nuevo ese Everest. Sobre arcilla sigue siendo el rey. Y Federer se ha vuelto a borrar. Pero tiene que acompañarle: esa es actualmente su mayor preocupación, más allá de su puesto en el ranking. En una reciente comparecencia, su tío Toni reveló que Rafael convive “con dolor y calmantes desde 2005”. Su Everest es la salud.