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La campeona contra el mejor

España ha llegado a regañadientes a la final de la Eurocopa de fútbol sala, con dos partidos empatados (la semifinal se resolvió a los penaltis) y otros dos ganados por la mínima (1-0). Portugal se ha plantado en el duelo decisivo con solvencia, bajo la varita del mago Ricardinho, que ya se ha convertido en el máximo goleador de siempre en este torneo. La actual campeona no convence, aunque tira de oficio. La aspirante a su primer título, sin embargo, maravilla con su juego. Este balance sitúa como favorita a la vecina lusa, pero nada de lo que ha ocurrido antes sirve para decantar una final. España y Portugal partirán este sábado de cero. Ambos países ya litigaron por el trono continental en 2010, con victoria de la Selección por 4-2. Eran otros tiempos. Desde entonces, el fútbol sala no sólo camina a la universalización, sino que ha igualado sus fuerzas.

Si tiramos de palmarés, La Roja ha ganado siete de las diez ediciones de la Eurocopa disputadas (Italia, con dos, y Rusia completan la lista). También es la vigente campeona. En su última corona, en 2016, Portugal no pudo hacerle sombra en los cuartos: 6-2. Son otros tiempos, insisto. La principal advertencia la dio Argentina hace dos años, cuando se adjudicó la Copa Mundial y rompió el bipartidismo España-Brasil, que entonces ni siquiera llegaron a semifinales. La Eurocopa celebrará su final soñada: la mejor selección de la historia en el continente contra el mejor jugador mundial. El portugués que ya tiene tantos Balones de Oro como Cristiano Ronaldo y que ahora busca también el título europeo, como ya hizo su compatriota hace dos años. Sería la primera de Portugal. O la octava de España.