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MARCO RUIZ

Gareth Bale y la psicosis de la lesión

La manera en la que ha manejado el Real Madrid la información de la última lesión de Gareth Bale indica la psicosis en la que las esferas del club se han instalado con su físico de cristal. Cada lesión importa, y mucho, y más aún después de que Florentino Pérez sacrificara el fichaje de Mbappé para seguir apostando por el galés. De otro modo, si no existiera esa psicosis en la entidad, no se explicarían las cuatro versiones que ya ha dado Zidane sobre el caso. Primero se le habían subido los gemelos, luego fue un calambre en los isquiotibiales, en tercer término, que se había lesionado en Gales (ésta federación tuvo, incluso, que salir al paso para asegurar que no había entrenado con ellos) y, por último, que se lesionó probándose antes de ir a Cardiff... De locos.

Es la quinta temporada de Bale en el Madrid. Ya no es un chaval prometedor por el que se pagaron 101 millones. Tiene 28 años y contrato hasta 2022, porque se le renovó. Estando sano y sin miedo es un cañón. Estando preocupado, como parece estar por no romperse, es un jugador que se queda pequeño ante la sombra de Asensio e Isco. Parecía jugar con el freno de mano echado en este arranque de temporada... Y en el primer partido que forzó al cien por cien la máquina, ante el Dortmund (en el que, por cierto, se salió con gol y asistencia), cayó lesionado.

Bale lo tenía todo para triunfar en el Madrid. Una velocidad y una pegada endiabladas, una posición predominante en el mercado del márketing anglosajón y asiático, el favor del presidente, quien veía en él al sucesor natural de Cristiano... Ahora todo eso ha quedado en un segundo plano. Pesa más el temor que tiene a lesionarse, cuestión a la que ayuda poco o nada la psicosis que ha mostrado el Madrid con su situación. Más que quitarle presión, esas contradicciones en los mensajes terminan por enrarecer más aún el ambiente que rodea al eterno aspirante galés.