A Berizzo le fue bien con una política de rotaciones que hasta el momento dejó en el casillero 13 puntos. Dio descanso a todos, probó sus armas nuevas, varió esquemas e incluso tomó el primer contacto con Europa sin temblar. Nada parece frenar al técnico del Sevilla a excepción de las sensaciones. Éstas suelen servir más bien de poco, casi de nada, pero avisan que este Sevilla también tiene lagunas y el Atlético de Madrid no perdonará ninguna. Pero Berizzo aprendió a corregir sobre la marcha y ni siquiera rotar es obligado.

Tras llegar a este duelo sin conocer aún la derrota en Liga y con un solo tanto encajado, Berizzo pondrá lo mejor que tiene sobre el césped y exigirá a sus piezas de garantías que compitan ante el mayor enemigo en esa lucha por la hipotética tercera posición. Pide a Jesús Navas que ejecute su electricidad por la banda derecha y a Ever Banega que calme el duelo cuando el ida y vuelta no convenga a los suyos. Tiene armas este Sevilla para hacer daño al Atlético y sobre todo adoptó un valor añadido que sigue siendo decisivo: compite contra cualquiera hasta el final. Lo hizo en Anfield y arrancó un punto de oro cuando muchos lo daban por perdido. Y ahora quiere asaltar el Wanda Metropolitano son sus mejores recursos.