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El vocabulario del fútbol lleva años traduciendo o adaptando los términos en inglés. Se han traducido “goalkeeper”, “referee”, “linier”…, convertidos en “portero”, “árbitro”, “asistente”…; se han adaptado “córner”, “fútbol”, “penalti”…. Y ya no quedan anglicismos crudos de relieve referidos al juego.

Sin embargo, el baloncesto en español vive un fenómeno contrario. Después de una época en que tradujo unos términos y castellanizó otros, ahora los vocablos en inglés empiezan a formar una legión invasora que va colonizando el léxico de los comentaristas.

Además de expresiones tan extrañas como “ganar de” o “el base defiende al alero” (del equipo contrario) --es decir, que no le defiende sino que le ataca--, se difunden locuciones como “emvipí” (el deletreo en inglés de MVP, “most valuable player”; es decir, “el jugador más valioso” o “mejor jugador”), “pick and roll”, o “the man of de match” (traducibles estas últimas como “bloqueo y continuación” y el “hombre del partido”).

La lógica de los narradores brilla a menudo por su ausencia, pues los mismos que pronuncian “emvipí” dicen “enebea” al referir las siglas de la Liga estadounidense, cuando por coherencia deberían decir “enbiéi”.

Tengo para mí que los anglicismos crudos se relacionan mucho con el prestigio que le da nuestra acomplejada psicología a lo que viene de Estados Unidos y más genéricamente del idioma inglés.

El fútbol nos parece de andar por casa, algo nuestro que ya dominamos todos. No en vano disfrutamos aquí de la mejor Liga del mundo. Sin embargo, en baloncesto la mejor Liga del mundo se disputa en Estados Unidos y en inglés. Y si queremos parecer enterados de todo lo concerniente a ese deporte y a aquel campeonato, deberemos hacer gala de una terminología de prestigio. Y hablaremos así de “rookies” (novatos), diremos “basket” (que no significa “baloncesto”, sino sólo “cesto”) o comentaremos el partido “All Stars” (todas las estrellas), entre otros términos. Y añadiremos de nuestra cosecha europea la “final four” (“los cuatro últimos”, o “fase final”, o “semifinales”), por si no había quedado claro nuestro don de lenguas.

Ese gran prestigio de la NBA ha hecho quizás que algunos conceptos del baloncesto se sumen al léxico del fútbol en español: asistencia (pase de gol), uno contra uno (regate), bloqueo en el área (obstrucción)… y que también escuchemos que un jugador determinado ha sido elegido “el emvipí” de la final.

Quién sabe si algún día marcar un gol desde muy lejos valdrá por tres…