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Eusebio, el valor del reconocimiento, la defensa de Zidane y Ronaldinho

Eusebio y el legado de Cantatore. El técnico del momento junto a Sampaoli, Eusebio Sacristán, recorrió su trayectoria personal y profesional en su interesante charla en la Agencia EFE. Una de las figuras que más le marcaron en sus inicios en el Valladolid fue Vicente Cantatore, el técnico chileno que le enseñó “el valor del reconocimiento”. Se refería a la capacidad de un entrenador para dar valor a sus jugadores o para hacerles sentir importantes, a través de la palabra. Me vino a la cabeza el madridista Pepe, que supo levantarse de su etapa oscura, y que ahora, desde un rendimiento muy importante, se ha ganado un hueco en el corazón del madridismo. Puede que acabe en China, como parece, o que no acabe renovando, pero seguro que merece salir por la puerta grande, algo que no tuvieron ni Del Bosque ni Hierro ni Raúl ni Casillas...

La llamada de Pellegrini. Otro técnico chileno, que conoce bien al portugués de su paso por el Madrid, ya se está preocupando personalmente de convencer a Pepe para que le acompañe en su aventura china, donde entrena al Herbei Fortune. Elija la vía oriental del dinero o mantenga su competitividad para llegar al Mundial de Rusia, el luso ha sabido hacerse un hueco en la historia del Real Madrid.

El sello de Rafa Benítez. Si algo sorprendió de la charla de Eusebio fue su alta valoración sobre el compromiso defensivo de los jugadores del Madrid de Zidane, tras enfrentarse dos veces contra los blancos. Sin regatearle ni un solo elogio al trabajo del técnico blanco, quiso ponderar el valor de Rafa Benítez y su posible influencia en el Madrid actual. La admiración que provoca Rafa entre sus compañeros de profesión es incuestionable.

Ronaldinho y la sonrisa. Junto a Rijkaard, Eusebio dice haber aprendido un modelo de dirección de equipo. “A veces se olvida que dirigir a las personas está por delante de la táctica o de la técnica”, reconoció. También habló de cómo Cruyff dio sentido a su carrera, en el más amplio sentido de la palabra. Sin embargo, se le iluminó la cara cuando le preguntaron por Ronaldinho y recordó su manera de desprender alegría, de contagiarla. Cambió la cara de un Barça apagado y le devolvió una manera de vivir, de competir y de sonreír. Quizás es una bonita metáfora, ahora que llega el cambio de año, la importancia de tener cerca a quienes sean capaces de desprender alegría, contagiarla y compartirla.