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Quique Flores y su efusividad con Messi

A muchos les ha soprendido que Quique Flores se excusara por las escenas tan efusivas tras el 4-1 sufrido ante el Barça. A mí me parece natural, y hasta obligado. Quique no sólo se abrazó con Messi, sino también con Luis Suárez, Mascherano e Iniesta. Luego, en sala de prensa, nos hizo partícipes de la devoción que uno de sus hijos guarda hacia Messi, del que colecciona camisetas. Todo ello nada más encajar un 4-1 en un partido en el que reaparecieron, tras unos años de prudencia mal aceptada, los peores modos de los radicales del Barça, con insultos reiterados al Espanyol, en un muy feliz y muy gamberro coro. 

Quique Flores hace bien en excusarse. A los que se extrañan de esa actitud, les propongo una escena: el Barça pierde 4-1 en el Bernabéu  y Luis Enrique, al final, felicita, abrazo mediante, a Cristiano Ronaldo y a otros madridistas más. ¿Sería eso de recibo? Y viceversa: ¿si fuera el Madrid el que encajara la goleada, del Barça o del Atleti, sería viable un alarde así de Zidane?  Quique Flores se excusó diciendo que no conocía la historia de un club largamente centenario. Pero no hace falta saberse la alineación de la ‘Final del Agua’ para detectar el rechazo que al Espanyol le produce cualquier derrota ante el Barça. Más tras un coro de insultos de sus ultras.

Vi las imágenes en directo. Me parecieron una sobreactuación de Quique Flores, no sé si por un alarde de deportividad (sé perder, aquí me veis) o por algún inconsciente chinchorreo a Luis Enrique, que no se quiso hacer foto con él antes de este derby. Fuera lo que fuese, ofendió a la afición perica, ya dolida por el 4-1. Nada de lo que escandalizarse. En este fútbol de tan alta movilidad y en el que el asistente al estadio cada vez cuenta menos (paga como un 20% de la fiesta) será cada vez más inevitable que los del micromundo que viven del fútbol sean desconsiderados con los que se creen depositarios de un sentimiento colectivo.