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Una broma frente al lento Rapid

Los misterios de San Mamés. Ecos y espíritus que sobrevuelan procedentes de la antigua ‘Catedral’. Por primera vez en fútbol, se permitió el instat replay, lo que se conoce en algún deporte, como el baloncesto, como rearbitrar según las repeticiones televisivas. Sólo así se entienden las tres decisiones del colegiado francés Chapron (‘chaparrón de decisiones’ habría que llamar la comedia) sobre una misma jugada. Alguien desde fuera le hizo ver que había dos fueras de juego previos y rectificó la decisión de pitar penalti, que a su vez había corregido por culpa de un auxiliar al decreto de gol. Llamarte Rapid y maniobrar sobre el campo a la velocidad de un elefante con artrosis es sólo parte de la broma que se presenció ayer en San Mamés. El equipo vienés tenía más miedo que un pavo por Navidad. Le gustaba tener el balón pero no sabía cómo atacar y cuando trataba de defender, no cogía la postura.

Sainetes al margen, el Athletic va caminando a base de sartenazos. Uno por A Coruña de Raúl García, otro del navarro ante el Granada, el de ayer de Beñat... así también se va avanzando cuando el fútbol aún no te llega. Estuvo cómodo, con pocas ocasiones, vulgarote. El rival amagó durante cinco minutos pero era un muñeco que se habría ido con tres en el saco si el Athletic llega a estar más fluido, imaginativo y rápido. A las siete de la tarde, la Gran Vía bilbaína, que viene siendo el corazón de la ciudad, se sobresaltaba por la larga hilera de seguidores vieneses a todo gritar camino del estadio. Fue el único susto de la noche.