Presumen de un gol ilegal

Messi se olvidó de su gol liguero 300 con el Barça al lanzar el penalti y jugó a ser amiguete de Luis Suárez para darle un gol que tenía un doble objetivo: ayudar al uruguayo a ganar a Cristiano en su carrera por el Pichichi y la Bota de Oro y, además, intentar que la imagen diese la vuelta al mundo en ese afán por presumir de ser muy 'molones', algo que les tiene obsesionados.

Para empezar, habrá que decirle a Luis Suárez que no presuma tanto por un gol ilegal. En el momento de golpear el balón Messi, el charrúa ya ha entrado en el área y eso, según el Reglamento de TODOS y no el especial del que disfruta el Barça desde hace años con Sánchez Arminio, es ilegal. Pero eso a ellos les da igual. También les importa poco ese recochineo cuando ya tienes al rival derrotado. ¿Acaso lo hubiera hecho Messi cuando iban 1-1? Claro que no. Pero los famosos protectores de los VALORS suman puntos cada día para ganarse el desafecto de los rivales. Una cosa es que te ganen por ser inferiores al enemigo. Otra cosa, muy distinta, es que se regodeen y te tomen por unos comparsas que deben acudir a estos shows para ver, oír, callar y aplaudir. No olviden que también vimos a Neymar pasarse el balón con ambos tacones por encima de la cabeza y hacer un bailecito salsero tras su gol del 6-1... Cuando el rival es más humilde, deportiva y económicamente, esas cosas duelen.

Eso sí, si eso lo hace el Madrid y más en la persona de Cristiano, al otro lado del Puente Aéreo hubieran corrido a gorrazos al portugués acusándole de ser un sobrao y un chuleta que no respeta a los rivales en la victoria. Cuando hizo una Espaldinha en un derbi le machacaron, pero él no se rió en ningún momento y, además, el partido no estaba sentenciado todavía. Sin embargo, yo sí vi ayer a Luis Enrique partirse la caja con sus risitas cuando Luis Suárez metió ese gol. Qué pronto olvidó el asturiano que el Celta fue el equipo que le acogió en su día en su banquillo permitiéndole ganar un prestigio que le llevó de vuelta hasta el Camp Nou. Por cierto, el 1-0 de Messi llegó con una falta que el argentino adelantó ¡8 metros! desde el lugar donde la sufrió (ver As.com). Está claro que algunos tienen barra libre. Claro que fue un gran lanzamiento y un golazo, pero quizás ocho metros atrás no hubiera terminado en la red celtiña... Pero no pasa nada. El Barça es la releche, juega de cine y son todos unos chicos estupendos. Eso sí, el fútbol es como la vida. Da muchas vueltas. Que rían mientras puedan. Ya veremos quién ríe el último...

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