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"Alonso se retira"

Ya era casi de noche, a las cinco se va el sol en esa zona de Japón, cuando ocurrió. Apenas hay cuarenta metros, pero en ese trayecto, desde la sala de prensa del circuito de Suzuka al hospitality de McLaren me pararon tres veces. Alguno preguntaba. Otro sugería. Pero aquel fue más allá. Agrietó el entrecejo, puso rostro de tragedia y me miró serio, como si estuviera desvelando la vacuna contra una enfermedad incurable:“Alonso se retira”. Y se fue. Así, sin más, como el que deja una semilla en un terreno yermo. Igual de inútil resultó la cosa. Pero sí, la verdad es que el pasado sábado Alonso, ya saben Fernando el chico este que ahora va en un McLaren y que ha elegido mal y se ha quedado en el camino y que…. Pues bien Alonso se retiró ya el sábado del GP de Japón. Lo único es que ya se había retirado el viernes. Y volvió a hacerlo el domingo. Y no, no me refiero a cuando abandona en un gran premio. No. Se habla de que se retira para siempre de la Fórmula 1, de su deporte, de su vida. En fin. Así de claro. “Alonso se retira”, me dijo el periodista. Y ya está. Y les digo que se fue, pero no sin una mirada hacia atrás de esas que vienen a decir, ‘ahí te dejo una noticia, españolito, que no te enteras de nada’. Así.

El martes ya, después de 32 horas de avión, tren, escalas varias… llego a Madrid. Y en el taxi, benditos taxistas, veo una mirada por el retrovisor. “¿Qué? ¿Se retira Alonso eh…?” Pues bien… “No se, no creo”, digo con cierta timidez y el jet lag impreso en el alma. “Sí, sí, se retira”. Seguro. Mañana mismo, quizá.

Ahí queda eso. La cosa es que en una buena parte de la prensa inglesa, algunos intentan hacer un análisis más serio, pues piensa o quiere hacer pensar que Alonso se va este año. Porque se les retiraba Button y después no y a lo mejor piensan que mejor que se vaya el español al que siempre han amado tanto. Digo. Y claro es posible que algún día finalmente el asturiano se hartase de su equipo, o de la competición, o de los viajes a los grandes premios o de la comida de arroz y pollo que hacen en su equipo pues se vaya a su casa de Dubai a descansar que merecido lo tiene, o se vuelva a Asturias a dar vueltas en su circuito de karting o se pase las horas mirando los objetos de su increíble museo. ¿Quién sabe? Pues la cosa es que si se retirase por esas vueltas que da la vida alguno pondrá en su tele, su web, su periódico eso de ‘ya lo dije yo’. O al menos veré a ese periodista que me lo dijo en Suzuka, pero solo tendrá que mirarme y hacer un gesto con la barbilla. Ya saben, ‘españolito, no te enteras de nada. Ya te lo dije yo’. Igual que el año pasado me dijo que Vettel se quedaba seguro en Red Bull y Alonso en Ferrari y que Hulkenberg sería su compañero. Charlas de barra de bar imaginario.

Pero vamos a lo importante. A las preguntas que hacen a los que les importa todo esto. ¿Y Alonso? ¿Cómo está Alonso? Pues les hablo de lo que veo, no puedo decir más. Y le veo cansado, claro, un poco harto de malos resultados, evidentemente, pero también con ganas aún, sobre todo ganas de demostrar lo que es, de volver a sonreír dentro de un coche, de regresar a los podios, a las victorias, a dejar claro que en realidad no se equivocó tanto como parece. Eso es lo que yo creo que quiere. Pero quizá me equivoque. Obviamente, palabra de moda en estos tiempos de palabras que se ponen de moda y en los que nada es obvio, el astur esperaba más de este año, lo esperaba antes de comenzar al año, a mediados de año y antes de empezar la última parte del año. Pero… así están las cosas. Paciencia se repite. Y sobre todo imagino que sueña con ese primer podio con McLaren Honda y esa primera victoria. Y regresar a Suzuka para ganar y abrigarse con el cariño de un país en el que es ídolo total. Eso creo yo, más que nada por lo que veo y siento cuando estoy con él, aunque no me vaya a cenar con él. Nada. Es, en fin lo que respiro por esos circuitos del mundo después de mil horas de avión. Porque esto es una columna de opinión. Pero quizá me equivoque. Y se retire. Alonso. Ya saben. Fernando.