Euforia contenida en Bilbao

Se desató la euforia en Bilbao con el 4-0 al Barcelona, que no aplaca el dolor por las tres finales coperas perdidas pero da un subidón de autoestima y moral fantásticos al Athletic, un club que con su particular filosofía dejó boquiabierto al panorama futbolístico mundial. Todo el planeta se empapó del 4-0 y, por supuesto, sigue revisando el golazo de San José. Empezó Valverde el partido con nueve de Lezama y acabó con otros tantos. Hay que valorar que el Barça jugó la última media hora con lo mejor disponible salvo Piqué y Busquets. Y en las ausencias por indisposición de uno y otro equipo, había desventaja local. No ha lugar a paños calientes, a reducir la dimensión de una tormenta rojiblanca de verdad, de las que resuenan en San Mamés como en ningún sitio.

Apartir de ahí, júbilo contenido. El 4-0 es un magnífico resultado, pero queda aplacar la rabia de Messi y compañía en un Camp Nou que se va a confabular para la gesta. Como referencia, al Athletic le servirían sus resultados en las 17 últimas visitas al coliseo azulgrana contando las tres competiciones. El 7-0 de la 2000-2001 es la última derrota que tiraría esta gesta por la borda. Los leones saben que la fórmula para noquear al Barça es la misma, aunque lógicamente mirarán de reojo al marcador y al tiempo. Meter un gol obligaría a los de Luis Enrique a hacer seis y eso ya sería casi quimérico. Por cierto, como genera gran debate, uno es partidario de sacar la gabarra si gana el título por la espectacularidad y dificultad de la gesta, no por el trofeo en sí mismo.

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