Una carrera cuesta arriba

Montaña rusa. Las motos es lo que más amo, y como pasa con los amores, muchas veces también te pueden generar muchas dosis de frustración. Sachsenring ha sido un poco montaña rusa, con subidas y bajadas… Bueno, ¡la bajada del domingo fue casi como la famosa del circuito! Cuando corres en MotoGP te das cuenta de que este es un circuito un poco raro. Ya el viaje es distinto, aunque estemos en Europa nos vemos obligados a coger un par de vuelos, luego a hacer una hora de coche, así que cuando llegas el miércoles es como si hubieses viajado a otro continente… Y llegas a un trazado enano, complicado para las MotoGP. ¡Son demasiado grandes y tienen demasiada potencia para un sitio así!

Caída. Tras el resultado de Assen y del test con la R1 en Suzuka (mucha lluvia y pocas horas, pero muy divertido y positivo) llegaba con las pilas cargadas a Alemania, y con ganas de volver a salir a pista. Andaba un poco preocupado porque el brazo no ha terminado de estar perfecto y quería probar cómo me iba a sentir. Lo bueno es que Sachsenring es casi todo con curvas de izquierdas, así que mi brazo derecho no se iba a ver tan castigado. Primeros entrenamientos, buscas las sensaciones, ir adaptando la moto, adelantar trabajo sin olvidar mirar de reojo el cronómetro, porque con esto de que todos los libres cuentan para entrar en la Q2 y el miedo que te entra en el cuerpo cuando ves que los rivales montan el súper blando, si te despistas (o se pone a llover) te puedes meter en un buen lío. Y ya he vivido alguna de esas… Trabajando, trabajando y… ¡pam! caída en la curva 11. Es muy difícil explicar la sensación que sientes yéndote al suelo en un sitio así, vas muy rápido y la moto suele engancharse y empezar a dar vueltas en la grava. Y eso pasó. Me levanto, un pequeño chequeo para ver que estoy bien (¡buf, todo en su sitio!) y luego corriendo a ver a mi niña… Y ella no estaba tan bien. Empezar un primer entrenamiento con caída no es lo mejor y luego siempre cuesta un poco retomar el ritmo. Por suerte el shock duró poco y mis mecánicos hicieron un gran trabajo para tener la moto lista para el segundo libre, eso sí, sacrificando su hora de la comida…

A la Q2 por los pelos. Pese a eso el primer día no fue mal. Terminé muy enfadado porque cuando monté un neumático nuevo no funcionó. Empujas pero nada, aquello no agarra y notas cómo te la juegas en cada curva. ¡Se pasa hasta un poco de miedo! Al quedarme fuera de los diez primeros tuvimos que organizar muy bien el tercer libre. Trabajamos todo lo que pudimos y al final salí con el cuchillo entre los dientes para no meterme en el marrón de la Q1. ¡Y lo conseguí! Por los pelos… En la siguiente sesión, la más tranquila, tocamos cosas de la electrónica buscando solucionar algunos problemas y… ¡Bingo, lo logramos! Ahí empecé a disfrutar de verdad. Ya me importaba poco si en el oficial no lograba una posición buenísima. Teníamos moto para la carrera. Octavo, muy cerquita de Rossi, no muy lejos de Lorenzo. No está mal. Porque alcanzar a las Honda de Márquez y Pedrosa parecía para todos una misión imposible. Estaban en su fin de semana y en un circuito que se les adapta a las mil maravillas.

Frustración. Desde que se apagó el semáforo me di cuenta de que se me iba a hacer muy cuesta arriba la carrera. Por esas cosas que no entiendes, de repente me quedé sin grip trasero. ¡Imposible hacer una curva! Me costaba Dios y ayuda meter la moto en la curva, tenía que apretar con todo, cometiendo errores y viendo cómo el grupo en el que debía pelear se nos escapaba. Frustración. Tu cabeza no para de girar y te maldices, aunque hay un momento en el que sabes que hay que apretar como sea para terminar lo más adelante posible y por lo menos ganar a aquellos con los que estaba peleando. Sí, lo logré, pero sin esa sensación de satisfacción con la que te gusta bajarte de la moto.

MotoGP. Márquez sabía que era superior y lo aprovechó. Imbatible. Pedrosa supo gestionar y aguantar a Rossi para atacarle al final. Valentino sacó lo máximo que se podía y se va de vacaciones con algún punto más sobre Jorge, aunque queda mucho Mundial. Rossi y Lorenzo de vacaciones, pero no yo… ¡Ya estoy volando de nuevo a Japón! Tenemos otro test en Suzuka (y ya estará Stoner) y la semana que viene las 8 Horas. ¡Qué ganas!

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