La llegada a la cima de Neymar

Neymar ha madurado delante de nuestros ojos, pero hizo falta que estuviese sin Messi para que nos diéramos cuenta. El chaval que llegó al Barça hace dos años se perdía cuando le quitaban de la seguridad de la banda izquierda. Ante Perú, el menino se hizo hombre y dueño del campo. Como Messi lo hace mejor que nadie en el Barça, Neymar jugó suelto por el medio, con la cabeza arriba y el pecho fuera, comandando a los suyos como crack y como capitán. Cómo le vino de bien convivir con Messi, Xavi e Iniesta y aprender la labor del fútbol completo y objetivo.

Por primera vez vimos su verdadero potencial, un talento generacional como lo fueron Ronaldinho, Ronaldo, Romario, Zico, Tostão. El problema es que Neymar es un huérfano en este triste fútbol brasileño. Ronaldo tenía a Rivaldo; Romario a Bebeto; Zico a Sócrates; Tostao a Rivellino. Ante Perú, la calidad de Neymar realzó la falta de talento creativo de un Brasil con futbolistas de Ucrania y del fútbol chino. La canarinha no es Neymar y diez más. Neymar, él sólo, es la canarinha.

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