Una escaramuza de Villar y Rubiales

A pesar de la foto-fuerza que se hizo ayer Rubiales, respaldado por, entre otros, los capitanes de La Roja, me resisto a creer que el fútbol pare la semana que viene, básicamente porque no veo motivos. Aquí, en la práctica, lo que se sustancia es una partida de mus entre dos parejas: Cardenal-Tebas por un lado y Villar-Rubiales por el otro. Con Blanco de mirón, que ni es de piedra ni da tabaco. Pero en el Decreto Ley, desencadenante último de esto, en realidad una excusa, no encuentro base para que la AFE pretenda algo tan enorme como detener el fútbol a dos jornadas de acabar la Liga y con la final de Copa al fondo.

El Decreto detrae del fútbol profesional unos porcentajes a un fondo de solidaridad. Un 1% para protección social de casi cuatro mil deportistas de élite de otras especialidades. Un 1% para el fútbol modesto, federaciones territoriales, distribuido según número de fichas (no según arbitrio de Villar, y esto es clave). Un 0,5 % para fútbol femenino, Segunda B y sindicatos de futbolistas, árbitros, entrenadores y demás... En el espíritu y la redacción del Decreto hay una intención evidente de puentear a la Federación y a la AFE, pero los fines a los que se aplica ese 2,5 % que se detrae son sanamente solidarios.

El fútbol menor recibe un buen dinero, sustraído del manejo de Villar. Entre lo que ahora viene con sello finalista y el convenio previo con la Liga, a la Federación llegarán 36 millones al año, pago a árbitros aparte. Por otro lado, la Liga paga por convenio al sindicato 2,4 millones. ¿Qué agravio justifica este jaleo? No veo otro que la rabieta de Villar y Rubiales que se han visto ninguneados. En parte por la forma de ser de Tebas, en parte por la suya propia. Y además (y la principal premisa es la que no se menciona) Hacienda aprieta últimamente a los futbolistas. De ahí el decorado de la foto-fuerza.

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