¡Gracias a la afición!

Ambiente. “Qué dura va a ser esta carrera...”. Eso pensaba en el avión hacia Jerez. Es una de esas carreras que a uno le encantan: sol, la primera en casa y mucho ambiente, pero justo ese sol eleva la temperatura del asfalto hasta ¡¡¡más de 50°!!! Una pista muy resbaladiza… En esas condiciones sufrimos mucho el año pasado. Por eso, y porque veníamos de tres malos resultados, estaba un poco preocupado. Dio igual, sólo llegar al circuito ya olía a Jerez, ese aroma especial que tiene la gente, salsa en las venas, una alegría natural que altera la sangre y te hace soñar viendo las gradas con más de 120.000 espectadores dejándose la voz por pura pasión y amor a este deporte. Como una olla a presión se presentaba el circuito ya el viernes. Da gusto ver las gradas repletas y la gente feliz viéndote hacer lo que más te gusta, ¡pilotar una MotoGP! Salir a pista en el FP1 sin estar muy convencido de lo que puedes hacer no sienta muy bien pero… ¡Bum! Me salió una buena vuelta, ¡bum! Otra, y otra… ¡Quizá este año el sol y las altas temperaturas no nos vayan tan mal! Esa sensación de plenitud con la moto, el circuito, la gente y la temperatura me provocaban una felicidad transformada en vueltas rápidas: cuarto en parrilla en uno de mis mejores entrenamientos oficiales; primero en el warm up... PRIMERO. Y me decía: “Algo me tiene que pasar” (soy un poco negativo cuando todo va por encima de mis expectativas).

Antebrazo. Casi sin darme cuenta ya estaba detrás de Jorge y Marc en la parrilla. Más que detrás, en medio de los dos, en segunda línea y justo al lado, un poco detrás, Valentino Rossi... Impresiona. Es como si nunca te acabases de acostumbrar a estas situaciones. Con el semáforo rojo lo veía todo súper claro. En medio del 93 y el 99 me decía: “Por el medio, Pol, una buena salida y por el medio”. Algo difícil contando con que sus salidas suelen ser igual que sus carreras, ¡perfectas! Pues salí bien. Final de recta, tercero, en la segunda vuelta marco la tercera vuelta rápida de carrera y cuando me adelanta Valentino en la vuelta 4… Buf, mi antebrazo. Allí me acordé de Dani. Nervios, presión, estar unas cuantas vueltas tercero y sacar toda mi ansia para seguirlos se convirtieron en un músculo hinchado cortando la circulación de la sangre en mi mano derecha, impidiendo así poder frenar con seguridad, mover la moto rápido y conducir con naturalidad. Esto no me suele pasar, pero justamente Jerez es un circuito complicado para esto y si le añades estrés… ¡Ése es el resultado!

Agarre. “Hay que acabar”. Después de tres malas carreras necesitaba un buen resultado, no me podía permitir ni un error. En la séptima vuelta, Cal Crutchlow me adelantó y pensé “tú no te me escapas”, pero un problema de agarre en la rueda delantera me avisó un par de veces y no pude hacer más, al fin y al cabo, una quinta plaza, ¡no estaba tan mal! Y así fue, intentando al final parar las embestidas en forma de recuperación de tiempo de Iannone, mantuve esa quinta plaza y sumamos puntos importantes y confianza para llegar a un GP que me supo a gloria el año pasado, el de Francia. ¡Le Mans, allá vamos!

Moto2. ¿Folger? ¡¡¿De dónde saliste?!! Impresionante carrera la de Jonas, aguantando a un Rabat que en Jerez siempre ha sido muy rápido. Sin dudarlo y tirando del carro como una mula se hizo con una carrera que le debió resultar dura. ¡Noooo! Eso grité cuando vi a Rins probando fortuna en una curva con historia... Le salió mal la jugada y ¡bang! Al suelo. Las ganas... Pero, eso sí, todo un señor pidiendo perdón por su error a Tito por todos los medios y personalmente. ¡Así SÍ!

Moto3. Muy bonita la carrera de Moto3. Vimos una lucha entre los gallos de la categoría con algún espectador de lujo, como Binder, compañero de Oliveira que apretó tanto como pudo para ganar una carrera que se decidió en algo parecido a lo de Rins, pero con mucha suerte. ¡Menuda derrapada! Allí, en el box rodeado de franceses dejándose el alma y la voz animando al francés, ya estábamos viendo volar a Quartararo cual Supermán. Pero, no, logró con un pelín de suerte aguantarse encima la moto. Esa acción decidió el final: se lo llevó otra vez Kent, ¡más líder aún!

Agradecimiento. MUCHAS GRACIAS a todos y cada uno de vosotr@s, esas más de 120.000 personas gritando y animando a sus pilotos. Y, por supuesto, también a los que lo veis desde casa: hacéis el deporte de mi vida cada día más bonito y reconocido. ¡El paddock de MotoGP os debe un inmenso GRACIAS por este magnífico fin de semana! ¡¡¡Somos grandes!!!

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