Rizzoli debió pitar un penalti a Raúl García García

Partido tenso, disputado y aguerrido, donde el árbitro italiano Nicola Rizzoli supo controlar en todo momento el juego y dio muestras de gran autoridad. En el primer tiempo el Bayer Leverkusen fue más duro y expeditivo en las entradas con 12 faltas señaladas por sólo dos del Atlético, que hizo un juego limpio en todo momento y con una gran anticipación al balón.

Sacó una tarjeta a cada equipo, pitó todo lo sancionable pero se equivocó al no aplicar la ventaja en tres ocasiones claras, dos a favor del conjunto rojiblanco y una al Leverkusen. Con eso transmitió a los jugadores que quería controlar el juego.

En la segunda parte, su actuación fue más contemplativa y pareció que su principal motivación era no complicarse la vida, salvo que los jugadas fuesen meridianamente claras. En la acción del minuto 80, si la jugada se desarrolla en Italia, la obstrucción con posterior caída de Raúl García a manos de Toprak dentro del área hubiese pitado penalti, que a mí me lo pareció, aunque al estar Raúl García de por medio me hizo dudar.

No hubo más jugadas discutibles y repartió las amonestaciones prácticamente igual para cada equipo a los que dejó contentos con su actuación y sí tuvo un detalle en esta segunda parte al aplicar en varias ocasiones la ventaja, que en el partido no fue su fuerte. Terminó el partido cansado, después de 120 minutos muy intensos, aunque tuvo buen criterio en la señalización de las faltas y estuvo muy acertado al correr en diagonal. En esto se vio que su experiencia internacional le sirvió para sacar adelante un partido difícil de pitar.

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