No me creo a Contador

Contador era un ciclista que en 2009 iba lanzado en pos del récord de victorias en las tres grandes vueltas. Aún no había cumplido los 27 años y ya tenía dos Tours, un Giro y una Vuelta. Se había convertido, además, en el más joven ganador del Tour, y sus victorias en el Giro y en la Vuelta las había conseguido en su primera actuación en sendas carreras. Luego llegó el asunto del clembuterol y le quitaron un Tour y un Giro. Las seis victorias en las tres grandes continuaron siendo cuatro, y la posibilidad de alcanzar las once de Merckx se difuminó. Pero luego vinieron los triunfos en las Vueltas de 2012 y 2014, y volvieron a seis grandes en su haber. A una de Coppi e Indurain, a dos de Anquetil, a cuatro de Hinault y a cinco de Merckx.

No está nada mal. Oficialmente es el sexto mejor corredor de la historia de grandes vueltas. Y alguna más caerá. Este año se ha propuesto Giro y Tour. Supongamos que gana las dos, que a eso va a salir. Serían ocho grandes en su poder. Como también seguirá en 2016, hará otras dos. De ganarlas, que podrá ser porque él mismo dice que aún correrá en plenitud, sumaría diez. ¿Alguien se cree que Contador renunciaría a la posibilidad de igualar a Merckx? Yo no. Contador es un ciclista extraordinario al que le apasionan los retos. Como el de ser el primero en hacer podio en las tres grandes un mismo año. Corredor se ha vuelto prudente de palabra, pero como la cosa vaya bien, su corazón y sus piernas aún tienen mucho que decir.

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