Acabó la pesadilla de Alonso

Se va 2014, otro año en blanco para Fernando Alonso. No ha llegado el anhelado título mundial con Ferrari y sí su ruptura con la escudería italiana, provocada por la decepción y el hartazgo del asturiano, extrapolables también a sus seguidores. Ha sido una de las noticias destacadas de una temporada que, por lo demás, tampoco podemos calificar como apasionante en lo deportivo. La nueva reglamentación había creado grandes expectativas, los pequeños motores V6 turbo con tecnología híbrida muy avanzada prometían una F-1 más abierta y disputada que nunca. Pero no, más bien lo contrario... Aunque el campeón se decidió en la última carrera, la hegemonía de Mercedes ha condicionado claramente el interés del certamen durante el año.

Hamilton, eso sí, ha vuelto a coronarse merecidamente y su sensacional campaña ha contratado con la crisis del hasta ahora intocable Vettel. El alemán no sólo ha quedado eclipsado por su compañero Ricciardo sino que además no se ha entendido con ese Red Bull que ya no era el mejor coche de la parrilla, así que él también ha decidido cambiar de aires y poner rumbo a Maranello. Hemos vivido un año descafeinado en general, con algunas buenas carreras frente a bastantes más que no lo han sido tanto y una tristísima noticia que nos encogió el corazón: el accidente de Bianchi. Una desgracia que pudo haberse evitado y que ojalá al menos sirva para impedir que se produzcan otras similares. Pensemos ya en un 2015 más feliz también en la F-1.

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