Cavs, Bulls y ‘East Coast Basketball’

Por escasos que sean los márgenes en estos días de truenos, quizá las cinco palabras del encabezado sean justas como titulares de temporada 2014-15 en la NBA. Todo el mundo mira a los Cavs de Cleveland, de LeBron, Irving, Love... y a los Bulls de Chicago, de Pau Gasol, Niko Mirotic y Derrick Rose. De los dos grandes favoritos, uno ni siquiera será campeón de División: Cavs y Bulls deben coexistir (con Pacers y Pistons entre otros) en la Central Division, la tundra que Kareem Abdul-Jabbar llamó Snow Division, la División de la Nieve o nevada.

Descontando a los veteranos campeones Spurs, a dos emergentes (no consolidados) Blazers y Warriors y a los arrogantes Clippers (arrogantes, sobre todo, porque aún no han ganado nada)... se ve cómo el huracán y las operaciones viran al Este: East Coast Basketball, baloncesto cuerpo a cuerpo. Con defensa, mala sangre e intención. Áspero en sistemas y tanteos. Los Grizzlies de Marc Gasol (el español más valorado por los especialistas de EE UU) cazan por el Oeste. Pero en su agresión hay mucho del Este. La lesión y rehabilitación de Durant aparca a los Thunder. Pese al regreso de Kobe Bryant y a la llegada de Randle, los Lakers aún no han vuelto a la vida. Con 91 millones de dólares largos a pagar en nóminas, los Nets son tan atractivos como su boss, Jay-Z. “Solo es el comienzo de la jornada”, indica Kobe: el más caro. El Año I sin David Stern es el 30 aniversario de 1984, cuando un cometa incendió la NBA: Michael Air Jordan. Era otra era.

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